miércoles, 1 de abril de 2020

BAJO EL INFLUJO DE LA PANDEMIA

Por Jorge Medina Barranco

Bucaramanga, Colombia, a 1 de abril de 2020

Bajo las circunstancias que está viviendo nuestro mundo con la pandemia del covid-19, parece sensato apartarme momentáneamente de la línea que he trazado a mi blog acerca del relato de personajes que han influido en la construcción del gnosticismo contemporáneo, para hacer una reflexión actual.
La palabra pandemia viene del griego antiguo, y significa "todo el pueblo". En efecto, todo nosotros, todos los seres humanos estamos afectados por igual, sin distingos de raza, edad, cultura, creencias religiosas o políticas, o de cualquier otra índole. Ante el virus los seres humanos no somos más que eso, seres humanos, es decir, animales mamíferos de una determinada especie que se convierte en receptor de un huésped que genera una reproducción mortal para muchos.

Como reflexiona el filósofo alemán Markus Gabriel (Renania-Palatinado, Alemania, 1980): <<El
coronavirus pone de manifiesto las debilidades sistémicas de la ideología dominante del siglo XXI. Una de ellas es la creencia errónea de que el progreso científico y tecnológico por sí solo puede impulsar el progreso humano y moral. Esta creencia nos incita a confiar en que los expertos científicos pueden solucionar los problemas sociales comunes. El coronavirus debería ser una demostración de ello a la vista de todos. Sin embargo, lo que quedará de manifiesto es que semejante idea es un peligroso error. Es verdad que tenemos que consultar a los virólogos; solo ellos pueden ayudarnos a entender el virus y a contenerlo a fin de salvar vidas humanas. Pero ¿quién los escucha cuando nos dicen que cada año más de 200.000 niños mueren de diarrea viral porque no tienen agua potable? ¿Por qué nadie se interesa por esos niños?>>

Para muchos, esta pandemia está poniendo en peligro nuestro mundo, pero para Gabriel el problema más grave es otro: “el veneno mental que nos divide en culturas nacionales, razas, grupos de edad y clases sociales en mutua competencia”. Para este filósofo, la cadena infecciosa del capitalismo destruye la naturaleza y atonta a los ciudadanos para convertirnos en meros consumidores y turistas.

Y ese es uno de los graves problemas de nuestro mundo, que todos vamos en una misma nave, nuestro planeta, pero estamos llenos de estereotipos peligrosos, prejuicios estúpidos y creencias falsas. Trump trata el virus como un problema chino; Boris Johnson piensa que los británicos crearán una inmunidad colectiva eugenésica; muchos alemanes creen que su sistema sanitario es superior al italiano o al español y por tanto dará mejor respuesta; cantidad de religiosos han afirmado que Dios no iba a permitir muertos entre sus creyentes.

Siguiendo el pensamiento de Gabriel, en un acto de solidaridad antes insospechado en el mundo se está protegiendo a los enfermos y a nuestros niños y mayores metiéndolos en casa, se cierran centros de enseñanza, fábricas, comercios y se declaran estados de emergencias nacionales. Por eso se invierten miles de millones de euros y dólares para volver a reactivar la economía.

Pero, ¿cuánto durará tanto altruismo social? Como dice el filósofo alemán, si una vez superado el virus seguimos actuando como antes vendrán crisis mucho más graves. El coronavirus no hará más que frenar brevemente el lento auto-exterminio del ser humano con sus guerras económicas, la proliferación del racismo y el nacionalismo contra los emigrantes y, no lo olvidemos, la terrible crisis climática por contaminación, que está matando mucha vida en nuestro planeta.

Leyendo artículos de prensa y entrevistas se da uno cuenta que muchos sienten que han perdido el control de sus vidas porque no pueden mantener sus actividades cotidianas. Otros expresan darse cuenta de que han estado viviendo como especie de ludópatas en un casino o como ex alcohólicos pensando que pueden beber una sola copa: perdiendo el control y haciendo cosas que no quieren.

Con una irresponsabilidad absoluta, y sin que la sociedad entienda bien el porqué, las redes sociales y otros instrumentos de comunicación se han convertido en vehículo de informaciones y recomendaciones falsas que, de manera ingenua e inconsciente, retransmiten en proporción astronómica quienes los reciben, multiplicando la angustia y el miedo. Si las gentes conocieran la Doctrina de los Muchos, la existencia del Yo Psicológico y sus múltiples manojos de yoes pendencieros y gritones, entenderían porqué ocurren estas cosas.

Como dice Markus Gabriel: <<Tenemos que reconocer que la cadena infecciosa del capitalismo global destruye nuestra naturaleza y atonta a los ciudadanos de los Estados nacionales para que nos convirtamos en turistas profesionales y en consumidores de bienes cuya producción causará a la larga más muertes que todos los virus juntos. ¿Por qué la solidaridad se despierta con el conocimiento médico y virológico, pero no con la conciencia filosófica de que la única salida de la globalización suicida es un orden mundial que supere la acumulación de estados nacionales enfrentados entre sí obedeciendo a una estúpida lógica económica cuantitativa? Cuando pase la pandemia viral necesitaremos una pandemia metafísica, una unión de todos los pueblos bajo el techo común del cielo del que nunca podremos evadirnos>>.

Precisamente, la enseñanza gnóstica pretende crear eso que Gabriel llama una pandemia metafísica transmitiendo la necesidad de crear conciencia personal y social de todos nuestros errores y de aprender un trabajo psicológico que nos ayude a cada uno, y a todos colectivamente, a corregirnos y salvar nuestro mundo de la catástrofe por la que lo estamos empujando. Pero vivir de esa manera tiene mucho que ver con mantener el control de la atención y el autoconocimiento. La idea de que con fuerza de voluntad puedes luchar contra el ambiente que te rodea, es optimista al punto de rozar lo fantasioso e ilusorio. Necesitamos realizar un trabajo psicológico sobre sí mismo y de forma colectiva. Si no, como dijo Gabriel, cualquier otra actitud nos exterminará y ningún virólogo nos podrá salvar.

TRABAJA PSICOLÓGICAMENTE SOBRE TI MISMO Y AYUDARAS A CONSTRUIR UN MUNDO MÁS HUMANO

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