viernes, 12 de octubre de 2012

Malala Yousufzai, el sufrimiento que causa el fanatismo


Malala Yousufzai, el sufrimiento que causa el fanatismo 

Por Jorge Medina Barranco 12 de Octubre de 2012



Malala Yousufzai, la activista paquistaní de catorce años herida este martes, 9 de octubre de 2012, tras recibir dos disparos a manos de un talibán en represalia por sus campañas en favor de la educación de las niñas en su país, consideraba que el buen trabajo que estaba desempeñando para con su comunidad era su mejor protección. "Nunca imaginé que esto podría suceder porque Malala es una joven inocente", ha dicho su padre.

El siglo XX se caracterizó por los avances de la tecnología, medicina y ciencia en general; fin de la esclavitud oficial en los llamados países desarrollados; liberación de la mujer en la mayor parte de los países; pero también por crisis y despotismos humanos, que causaron efectos tales como las Guerras Mundiales, múltiples guerras fronterizas y civiles, genocidios y etnocidio en muchos países y en todos los continentes, políticas de exclusión social y la generalización del desempleo y de la pobreza. Como consecuencia, se profundizaron las desigualdades en cuanto al desarrollo social, económico y tecnológico y en cuanto a la distribución de la riqueza entre los países, y las grandes diferencias en la calidad de vida de los habitantes de las distintas regiones del mundo.

Según Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, ha sido el “siglo de los extremismos, [...] en el que los vicios humanos han alcanzado niveles abismales”. Un siglo terriblemente espantoso en el que muchos solo ven los grandes progresos tecnológicos y el crecimiento económico sin precedentes de algunos pocos lugares, sin considerar la situación del ser humano como tal en su conjunto.

El maestro Samael Aun Weor, que vivió en ese siglo XX tan plagado de violencia, con millones de víctimas por guerras mundiales atroces, contaminación planetaria, líderes que asesinaron a sus propios pueblos, delincuentes de categoría indescriptible, etc., solía referirse a los habitantes de nuestro planeta como “mamífero racional equivocadamente llamado hombre”, “animal intelectual”, “animal racional”. A muchas gentes les disgusta esa terminología del maestro Samael, se les atraganta y consideran “despreciable” su doctrina.

Según la taxonomía cladística (rama de la biología que define las relaciones evolutivas entre los organismos basándose en similitudes derivadas. Es la más importante de las sistemáticas filogenéticas, que estudian las relaciones evolutivas entre los organismos. La cladística es un método de análisis riguroso que utiliza las "propiedades derivadas compartidas" de los organismos que se están estudiando. El análisis cladístico forma la base de la mayoría de los sistemas modernos de clasificación biológica, que buscan agrupar a los organismos por sus relaciones evolutivas), los homínidos (Hominidae) son una familia de primates hominoideos, que incluye al hombre y sus parientes cercanos, orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos.

Hasta donde mi entender alcanza, los orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos son animales mamíferos no racionales y pertenecemos a su misma familia filogenética; por consiguiente, decir que somos ‘animales mamíferos racionales’ no es una mentira científica, ni un insulto. Dejar de estudiar biología porque nos ‘disgusta’ como nos clasifican los biólogos, no se como lo calificarían ustedes. En cualquier caso, el resultado sería la ignorancia.

No estudiar la doctrina gnóstica de Samael Aun Weor porque en lugar de llamarnos ‘homínidos’ le gustaba más lo de ‘animal racional’ produce el mismo resultado: ignorancia. Todo lo que Samael Aun Weor dijo no es ‘palabra de Dios’, no ‘va a misa’, no es ‘verdad incontestable’. Como todos nosotros, y todos los líderes espirituales de todos los tiempos (incluyendo a Abraham, Moisés, Buda, Lao-Tsé, Confucio, Mahoma, Jesús, o el que quieran pensar) cometió equivocaciones, desconocía cosas, afirmó con absoluta rotundidad cuestiones que después el mismo desdijo, y un amplio etcétera de fallos y contradicciones que se encuentran en sus libros. 

Pero, aparte de sus creencias y opiniones personales, su doctrina fundamental, el Mensaje de Acuario con sus Tres Factores de la Revolución de la Conciencia, es un camino espiritual innegable para lograr la transformación individual y, por sumatoria de todos, de la humanidad. A lo largo de 30 años he escrito mucho a favor de su doctrina, he escrito panegíricos de su calidad humana y espiritual, y he vivido toda mi vida dentro de su enseñanza; por ello sé por experiencia directa los cambios y beneficios que produce, es mi maestro gnóstico junto con el maestro Gargha Kuichines, pero supongo que este pequeño párrafo hará rasgar las vestiduras a muchos ‘santos’ gnósticos, más samaelianos que el propio maestro Samael. Pero yo escribo para gentes inteligentes, que buscan la gnosis, el conocimiento, que investigan en todo y desechan lo que realmente no sirve. Escribo para los que saben apartar la paja y quedarse con el grano.

En el Capítulo XIV de La Doctrina Secreta de Anahuac dijo:
<<Si estos pobres mamíferos intelectuales que pueblan la faz de la Tierra pudieran ver con entera claridad meridiana el lamentable estado en el que se encuentran, desesperadamente buscarían la forma de escapar>>

Muchas veces creo que ya he visto la última noticia de las maldades de que es capaz el homínido, pero cuando leo noticias como el intento de asesinato de una niña de 14 años por el, perversamente considerado, ‘terrible delito’ de proclamar que las niñas tienen el mismo derecho que los niños de aprender, por demostrarlo asistiendo a clases y defendiéndolo por escrito en su blog, me quedo ‘helado’ de asombro. El homínido intelectual todavía puede ser peor. El siglo XXI puede ganar en horrores al XX.

La doctrina gnóstica de transformación para humanizarnos en amor, bondad y compasión, es necesaria para la humanidad.

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