viernes, 1 de diciembre de 2017

CONCIENCIA DEL BIEN: Inteligencia Emocional

Rionegro, Antioquia, 1 de diciembre de 2017

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

En el artículo anterior CONCIENCIA DEL BIEN: La Motivación vimos que para motivar a las personas hay que tener una inteligencia emocional entrenada, según lo definió Goleman. Y que para auto-motivarse hay que entrenar la propia inteligencia emocional.

Fue en el año 1996 cuando conocí la teoría de la inteligencia emocional de Daniel Goleman[1]. Era lector de la revista Babelia, suplemento cultural del diario español El País y en una de sus lecturas encontré una reseña sobre un libro llamado “Inteligencia Emocional” escrito por un señor Daniel Goleman, para mi totalmente desconocido pero me causó curiosidad el tema porque ya conocía la existencia de diferentes formas de manifestarse en nosotros la inteligencia: intelectual, emocional, motora, instintiva y sexual. Había estudiado Psicología de la posible evolución del hombre, Fragmentos de una enseñanza desconocida y Tertium organum del esoterista, escritor y conferencista ruso  Piotr Demiánovich Ouspenski[2] (Moscú, 1878 – Surrey, Inglaterra, 1947) autor de varios libros de temática espiritual y filosofía esotérica y uno de los principales difusores en Occidente del conocimiento del Cuarto Camino[3]  enseñado por el maestro místico, escritor y compositor armenio George Ivánovich Gurdjíeff [4] (Alexándropol, 1866 – París, 1949), de quien leí Relatos de Belcebú a su Nieto. Mi primera referencia de Ouspenski la obtuve cuando el maestro gnóstico Samael Aun Weor[5]  le obsequió al también maestro gnóstico Gargha Kuichines[6]  la Psicología de la posible evolución del hombre y Tertium organum y dichas obras llegaron a mis manos.

Hasta encontrar la referencia de Inteligencia emocional de Goleman no había estudiado nada más allá sobre las diferentes formas de inteligencia que lo contenido en las enseñanzas y lecturas de los autores anteriores, así que me decidí a comprar el libro. Desde entonces, la temática se convirtió en parte de mi acervo personal y me condujo por los caminos de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, la psicología educativa con su enriquecimiento intelectual y socio-afectivo y los moldes de la mente bajo la guía del profesor Pedro Hernández, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de La Laguna, Tenerife, España; los aprendizajes de Coaching y PNL en Barcelona y estudios de Mindfulness en los Massive Open On-line Course (Mooc), junto con la práctica permanente de la meditación y las diversas técnicas y herramientas de autoconocimiento y desarrollo personal aprendidas me llevaron de forma natural a construir, junto con mi esposa Flor que me ha acompañado en esta aventura de vida desde hace 45 años, Talleres teórico-prácticos y capacitaciones profesionales sobre inteligencia emocional, autoconocimiento y desarrollo humano del que dan testimonio de su efectividad cientos de personas que han asistido a ellos.

Las emociones tienen un gran poder sobre lo que somos, lo que hacemos y en cómo nos relacionamos. Por ello la esencia del concepto de inteligencia emocional siempre ha estado presente a lo largo de la historia de la psicología. Fue en 1985 cuando apareció por primera vez el término “inteligencia emocional” gracias a la tesis doctoral de Wayne Payne, la cual llevaba por título “Un estudio de las emociones: el desarrollo de la inteligencia emocional”. No obstante, fue unos 10 años después cuando el psicólogo y periodista norteamericano Daniel Goleman inició algo que aún no se ha detenido: el autoconocimiento de nuestras emociones y su tremenda influencia en nuestra vida cotidiana.

¿Qué es realmente la inteligencia emocional?

Es una dimensión de nuestra inteligencia que responde a otro modo de entenderla  más allá de los aspectos cognitivos, tales como la memoria y la capacidad para resolver problemas. Hablamos ante todo de nuestra capacidad para dirigirnos con efectividad a los demás y a nosotros mismos, de conectar con nuestras emociones, de gestionarlas, de auto-motivarnos, de frenar los impulsos, de vencer las frustraciones…

Alfabetizarnos emocionalmente es aprender en que consiste el autoconocimiento, obtener
conciencia de las emociones que nos mueven, saber empatizar con los demás, desarrollar habilidades para gestionar correctamente nuestro mundo de relaciones familiares, profesionales, sociales, auto-controlándonos de una manera adecuada, ampliando nuestra capacidad para pensar libremente y comportarnos de manera asertiva, con una auto-motivación que nos permita alcanzar nuestras metas. Es necesario entrenar la inteligencia emocional como se entrena la racional o como se entrenan los músculos, con actividades específicas de nuestra esfera emocional y mediante talleres de inteligencia emocional nos iniciamos en la naturaleza de las emociones, para que sirven, cómo comprenderlas y expresarlas y, sobre todo, aprendemos herramientas, técnicas y estrategias de regulación emocional.

HUMANIZARNOS ES MANEJAR NUESTRA INTELIGENCIA EMOCIONAL DE MANERA ASERTIVA





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domingo, 19 de noviembre de 2017

CONCIENCIA DEL BIEN: La Motivación

Bucaramanga, 19 de noviembre de 2017

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

Es evidente que despertar la conciencia del bien requiere de un cierto trabajo psicológico personal, tarea que requiere un esfuerzo propio. Esto de lo que estoy hablando es obvio, pero resulta que existe muchísima gente que piensa que sus estudios universitarios, o sus lecturas, o sus oraciones, o sus creencias por sí solas son suficientes para introducir un cambio significativo y real en su modo de ser.

Nada más alejado de la realidad.

En mi escrito DESARROLLO DE LA CONCIENCIA (http://jmedinabarranco.blogspot.com.co/2015_11_01_archive.html) hablé de los grados de la conciencia, teoría que se basa en la Teoría del Conocimiento de Platón aplicada al auto-conocimiento y que quienes la hemos trabajado damos testimonio de ella. Es lógico que no se puede desarrollar el conocimiento sin un esfuerzo personal, sin una tarea a realizar, sin un trabajo que hacer. Y en todo trabajo, en toda tarea, en todo esfuerzo realizado es conveniente tener en cuenta el rendimiento, es decir, el producto obtenido tras la tarea realizada.

Los preceptos neurodidácticos contemporáneos enseñan que el rendimiento frente a las tareas que ejecutamos requiere del desarrollo de ciertas habilidades que hasta ahora no han sido tenidas en consideración en la educación, habilidades en las que todos debemos reentrenarnos para obtener éxito en las diferentes áreas de nuestras vidas. Básicamente son:
a. La atención
b. La motivación
c. Las funciones ejecutivas y
d. Las operaciones mentales

Voy a comentar un poco la motivación.

La Motivación

La motivación es definida por la Real Academia Española como “Conjunto de factores internos o
externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Es un término del lenguaje que utilizamos para hablar de los deseos, sueños o metas que nos lanzan a la acción, es decir, de las causas o razones que nos impulsan a actuar, que nos dan la energía para movernos porque queremos cumplir nuestro sueño. Es un tema que despierta un interés universal. Los padres quieren motivar a sus hijos, los docentes a sus estudiantes, los jefes a sus empleados, las empresas a sus clientes, los políticos a los votantes, los vendedores a sus potenciales compradores, los sacerdotes a sus fieles, los enamorados a la persona de sus sueños. Y también queremos auto-motivarnos para hacer algo que necesitamos pero muchas veces no encontramos la fuerza o la continuidad de propósitos necesarias para hacerlo.

Podemos decir que la motivación es encontrar un objetivo, meta, deseo o sueño que conecte con nuestros valores más profundos y transforme nuestra inacción en acción. ¿Cuál es tu mayor motivador? Con toda seguridad será ese ingrediente que te impulsa a pasar de la inacción a la acción.

Como dice el filósofo, ensayista y pedagogo español José Antonio Marina, los tres elementos que influyen en la motivación son:

MOTIVACIÓN = Objetivo (Deseos) + Valor del Objetivo (Incentivos) + Facilitadores de la Tarea

1. El objetivo es el sueño que se quiere realizar, la meta que se quiere alcanzar y que debe estar en conexión con los intereses personales, que son nuestros deseos. Si la meta es interesante, es decir, si conecta con nuestros deseos, la motivación para lograrlo aumenta.
2. El Valor del objetivo lo da lo atractivo que sea para nosotros, lo que genera un incentivo mayor por el logro de realización.
3. Los Facilitadores de la Tarea están representados por lo fácil que se vea la tarea, por el sentimiento de capacidad de hacerla y por las estrategias que se aprendan para llevarla a cabo.

Para motivar a las personas, como lo definió Goleman, hay que tener una inteligencia emocional entrenada. Para auto-motivarse, hay que entrenar la propia inteligencia emocional. La tarea fundamental de un líder consiste en producir el clima emocional adecuado para movilizar lo mejor del ser humano. Se puede ser un dictador sin ser un líder.

Pero estar motivado para hacer algo no termina con la complejidad de la acción motivadora. Entre el objetivo y su consecución hay una TAREA que realizar, un trabajo que hacer, un trayecto que recorrer.

Por ejemplo, quiero adelgazar, o dejar de fumar, o hacer ejercicio, o despertar conciencia o cualquier otra cosa. Estoy motivado para hacerlo, o sea, me siento con convicción, ánimo y energía: he tomado una decisión. A esa actitud la llamamos motivación de inicio. Pero ese impulso no es suficiente, porque los buenos propósitos siempre se enfrentan a las dificultades que surgen en la realización de la tarea. Como decían los antiguos moralistas <<El espíritu está presto, pero la carne es débil>>. Para mantener la actividad, para saber que la recompensa no es instantánea, para esforzarse, hace falta un plus de energía que se llama motivación para la tarea.

Para mantenerse con una motivación para la tarea, y que ésta nos ayude a alcanzar nuestras metas y objetivos, necesitamos técnicas, herramientas potenciadoras y estrategias que provoquen la unión entre la meta  y nuestro compromiso, y haga de esa unión algo permanente y duradero en el tiempo. Esas técnicas, herramientas y estrategias se dividen en dos grandes bloques:

1. Potenciadores estratégicos racionales (Plan de acción y Proceso de Seguimiento)
2. Potenciadores estratégicos emocionales (Talleres motivacionales Teórico-práctico)

Compromiso y perdurabilidad en la tarea son posible cuando encontramos Motivos (intrínsecos o extrínsecos), eliminamos las Interferencias (falta de tiempo, apatía, error en la priorización, entorno personal, etc.) que nos restan fuerza y energía, y usamos Potenciadores adecuados.

Ningún comportamiento es realmente al azar, las personas siempre hacemos lo que hacemos por algún motivo, incluso aun cuando nosotros mismos no lo sepamos. Puede provenir de nuestro propio inconsciente pero tiene una intención de funcionalidad para quien actúa; y aunque estas acciones persigan un beneficio que puede ser oculto a nuestros propios ojos, los efectos no necesariamente son beneficiosos, éticos o deseables. La motivación es muy compleja.

Lo triste de estas acciones inconscientes es que generalmente solo sabemos que una decisión no fue acertada con posterioridad a los hechos, cuando ya todo ha pasado y quedan sus consecuencias. Por ello tenemos que hacernos conscientes de nuestros comportamientos y sus motivaciones ampliando el conocimiento de sí mismo. El trabajo debe dirigirse al autoconocimiento para ampliar nuestro mapa mental tanto interno (en la observación de nuestro psiquismo) como externo (en el análisis de la realidad que nos rodea). Si algo no nos funciona y no nos damos cuenta y siempre repetimos lo mismo ¿Cómo esperamos tener resultados diferentes? Parece que lo más inteligente sería cambiar lo que hacemos, para no repetirlo indefinidamente hasta frustrarnos porque fracasamos continuamente. Reorientar nuestros comportamientos y esfuerzos hacia otras posibilidades nos devuelve la esperanza y la energía y aumenta las probabilidades de éxito obteniendo nuevos resultados.

Es importante en nuestra vida que aprendamos a observar las cosas que no nos salen, o que nos salen mal, no como fracasos sino como aprendizajes que aporta la experiencia vivida. Pensar que lo que hemos obtenido son resultados que NO queríamos, no que son resultados que nos merecemos por especie de castigo divino, mala suerte o cualquier otra atribución mágica que no está relacionada con lo que hemos hecho. Etiquetar nuestros desaciertos como fracaso nos inmoviliza, nos despoja de energía y fuerza y nos conduce a rendirnos ante las adversidades. Aprender cosas nuevas y buscar nuevas vías de acción, por el contrario, nos revitalizaría, nos renovaría y nos abriría nuevas posibilidades.
                            ¡HASTE MÁS HUMANO, NO TE DESANIMES!

jueves, 19 de octubre de 2017

CONCIENCIA DEL BIEN

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

Bucaramanga, 19 de octubre de 2017

La visión que intento transmitir mediante mis escritos en esta página es la necesidad de construir un mundo más humano a través del despertar de la necesaria conciencia del bien. Estoy convencido que, para esta toma de conciencia, es fundamental el autoconocimiento mediante herramientas, técnicas y estrategias que se encuentran dispersas entre las enseñanzas religiosas, filosóficas, científicas y artísticas de las diferentes tradiciones culturales del mundo.  No pertenecen a una sola tradición, porque son patrimonio de la humanidad: todo ser humano tiene en potencia la capacidad de este despertar de conciencia. Sin distingos de ninguna clase.
El problema está en que se puede despertar conciencia para el bien o para el mal. Astutamente, el ego ha formulado y propagado la teoría de que cada persona está bien como está, y está haciendo desdibujar la idea de que existen comportamientos de bien y de mal.

Evidentemente, reflexionar sobre el bien y sobre el mal es complejo porque, haciendo uso de una metáfora, no podemos concluir que un tigre que se come una gacela dejando huérfanas gacelas bebé que van a morir de hambre es un ser malo, porque si ocurriese que el tigre no puede cazar y alimentar a sus tigres bebé tampoco podemos concluir lo opuesto, que las gacelas son malas porque por su culpa se mueren los tigres bebé. Son hechos naturales. Todos existimos y necesitamos vivir y para ello debemos comer y ser comidos como estrategia de supervivencia.

El problema del ser humano es construirse una visión de futuro justo para crear unas relaciones de ganar-ganar con todos los seres del planeta en esa lucha que podemos llamar de conservación medioambiental como supervivencia de la vida en el planeta. Estoy firmemente convencido que esa relación ganar-ganar surge de lo que yo denomino conciencia del bien. Considero que es deber de todo ser humano proteger el medio ambiente, entorno esencial de la vida y los recursos naturales que satisfacen las necesidades vitales de todos los habitantes del planeta.

Para lograr la conciencia del bien necesaria para la protección de esos recursos que son patrimonio de la humanidad actual (pero también de las generaciones futuras porque realmente estamos usando hoy lo que pertenece tanto a nosotros como a los jóvenes y niños que nacerán en el mundo y que deberán igualmente tener lo necesario para su bienestar) es fundamental educar a todas las persona sin distingos de ninguna clase en esas herramientas que construyen el autoconocimiento del mundo emocional, racional y de voluntad de una manera consciente.

Por ello, junto con un amplio grupo de personas, hemos creado instituciones que enseñan el autoconocimiento para lograr el cambio de conciencia que permitirá un desarrollo humano para un bienestar individual y social sostenible.

El conocerse a sí mismo se logra mediante un trabajo interior de tipo psicológico cuya metodología se basa en la auto-observación que hace el individuo de sí mismo.
Nuestra premisa es que no se puede estudiar la psicología como se estudia la astronomía o la química; esto es, fuera de uno mismo. La psicología se estudia observando tanto nuestro mundo interior como el mundo exterior, y cómo relacionamos esos dos mundos.

Para mejorar nuestro desempeño como seres humanos primero debemos comprender el significado
del término conciencia, para seguir luego con la adquisición gradual del dominio sobre ella.
La conciencia es una especie muy particular de darse cuenta uno, independientemente de su actividad mental, ante todo, de sí mismo, de quién soy, de qué estoy haciendo, de dónde estoy, de lo que se, de lo que no se y así sucesivamente en un proceso que nos conduce a ser realmente conscientes.

En el capítulo 23 de "Psicología Revolucionaria”, el maestro gnóstico Samael Aun Weor habla de EL MUNDO DE RELACIONES y lo encuadra en tres aspectos diferentes:

Primero: Nuestra relación con el propio cuerpo físico.

Segundo: Nuestra relación con la vida en el planeta y por secuencia lógica todo lo relacionado con el mundo exterior y con las cuestiones que atañen a nosotros, (familia, negocios, dineros, oficio, profesión, política, etc.) y al medio ambiente (el medio ambiente se refiere a todo lo que rodea a los seres vivos, y está conformado por elementos biofísicos -suelo, agua, clima, atmósfera, plantas, animales y microorganismos- y componentes sociales derivados de las relaciones culturales, ideológicas, económicas…)

Tercero: La relación del hombre consigo mismo.

Ese mundo de relaciones genera en nosotros tres niveles de darse cuenta, es decir, de enterarse una persona de una cosa que no entendía o que le había pasado inadvertida y, además, comprenderla.

Los 3 niveles del “Darse cuenta”

1.Darse cuenta de la zona interna: Es poner la atención en sí mismo   (auto-observarse, ¿Quién soy?)

2.Darse cuenta de la zona externa: Percibir la realidad del entorno en vez de fantasearla o interpretarla (observar la realidad ¿Dónde estoy?, ¿Qué hago?)

3.Darse cuenta de la zona intermedia: Es enfocar nuestro FILTRO FANTASIOSO con que tamizamos las percepciones internas y externas. Ese FILTRO son nuestros MOLDES MENTALES, donde residen los prejuicios, fobias, paranoias, distorsiones generales de lo que nos llega de fuera: son nuestros YOES psicológicos (observar cómo interpreto el mundo ¿cuáles son mis moldes mentales? ¿cómo pienso? ¿qué hábitos de comportamiento tengo?)

Este "Darse Cuenta" en nuestros tres niveles de percepción se corresponde con, al menos, cuatro preguntas clave:

¿Qué estoy haciendo?

¿Qué siento en ese momento?

¿Qué estoy tratando de evitar?

¿Qué quiero yo, qué espero yo de ti?

Los métodos Mindfulness y Coaching ayudan de manera certera a trabajar en nuestro mundo de relaciones y a darnos cuenta de cómo realizar nuestro trabajo psicológico para despertar nuestra conciencia a un nivel superior de ser, creando eso que llamo conciencia del bien y que nos convertiría en verdaderos seres humanos en un mundo tan lleno de mentiras, violencias y desprecio por la humanidad como el actual.

¡AYÚDANOS A CONSTRUIR UN MUNDO MÁS HUMANO, DESPIERTA TU CONCIENCIA!

domingo, 5 de febrero de 2017

LA NUEVA ERA Y EL NIVEL DEL SER

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

5 de febrero de 2017, Breña Baja, Tenerife, España

LA NUEVA ERA

Ayer 4 de febrero de 2017 la comunidad gnóstica samaeliana celebramos el inicio del año 56 de la Nueva Era de Acuario. La Era de Acuario es una de las doce eras astrológicas o zodiacales, definidas por el concepto de «gran año» o «ciclo equinoccial», determinado por el fenómeno astronómico de la precesión de los equinoccios.

Las ideas acerca de las eras astrológicas, entre las que se encontraría la nueva Era de Acuario, no tienen sustento científico y, por ende, no se las considera pertenecientes al campo de la astronomía, sino del ocultismo, la teosofía y la astrología, siendo la astrología el conjunto de creencias que parten de la premisa de que los fenómenos astronómicos tienen influencia en los asuntos humanos.

En astronomía, el zodiaco o zodíaco es una banda de la esfera celeste de 18 grados de ancho centrada en la eclíptica, la cual no es fija, sino que se desplaza ligeramente con el tiempo sobre el fondo del cielo. Esta banda se divide en 12 partes iguales llamadas "signos zodiacales", tomando como referencia el punto Aries, el punto de intersección entre la eclíptica y el ecuador celeste. De este modo, cada uno de los 12 signos comprende exactamente un arco de 30 grados de longitud eclíptica y 9 grados de latitud eclíptica.

En astrología, el zodiaco está basado en la división en doce partes iguales de la banda celeste sobre la cual trazan sus trayectorias el Sol, la Luna, y los planetas, avanzando un sector por cada mes del año. Cada sector contiene la constelación tradicional a la que debe su nombre. Como las áreas de la esfera celeste que se definen como zodiaco en astronomía y en astrología son distintas, los signos zodiacales dados y las constelaciones de su mismo nombre cubren áreas distintas de la esfera celeste.


El zodiaco posee una importancia fundamental en la astrología occidental. Otras culturas con tradición astrológica como la china otorgan también una importancia especial a esta región del cielo, aunque definen un zodiaco diferente.

Esta definición algo subjetiva del zodiaco astrológico ha hecho que surjan diferentes fechas de la entrada de la nueva Era de Acuario y, según los cálculos de diferentes astrólogos, las fechas más probables para entrar en la Era de Acuario podrían ser el año 2638 (Elsa M. Glover), 2658 ((Max Heindel) o 2080 (Shepherd Simpson), aunque muchos piensan que el cambio de era tuvo lugar a mediados del siglo XX, como Serge Raynaud de la Ferrière  el 21 de marzo de 1948 y Samael Aun Weor  el 4 de febrero de 1962.

De acuerdo a las creencias astrológicas, cada Era Astrológica trae aparejada consigo determinadas influencias que afectan al comportamiento humano, y que estaría ya empezando a notarse en aspectos como el desarrollo interno de cada individuo y los cambios sociales, culturales, científicos y tecnológicos actuales, que llevarían asociados un tiempo de prosperidad, abundancia y paz. Por otra parte, estas creencias esperan que la Era de Acuario traiga consigo un cambio en la conciencia del ser humano y el surgimiento de una edad de hermanamiento universal arraigada en la razón y la percepción directa del corazón, lo que muchos ya han comenzado a llamar la vuelta de la consciencia de Cristo, donde será posible solucionar los problemas sociales de una forma justa y equitativa, y con mayores oportunidades para la mejora intelectual y espiritual, ya que Acuario se supone es un signo científico e intelectual.

EL NIVEL DEL SER

Un conocimiento básico de entrada a nuestra Escuela Gnóstica, fundado en base a las enseñanzas del maestro gnóstico Samael Aun Weor, (Bogotá, 1917 - Ciudad de México, 1977) es el de los Niveles del Ser. Empecemos diciendo algo sabido: nadie niega que existen distintos niveles de saberes. De hecho, el poder y fortaleza del conocimiento está organizado socialmente en diferentes grados que van desde la educación primaria a los bachilleratos y a diferentes títulos universitarios, para luego continuar con títulos de post-grado y doctorados.

Así pues, el conocimiento está estructurado en diferentes niveles más o menos elevados. Sin embargo, en todos estos conocimientos no se enseña que el Ser también puede situarse a niveles muy diferentes y que, de hecho, dos personas pueden diferir en su Nivel de Ser mucho más que en su nivel de conocimientos.

La gente admite que una persona pueda poseer un conocimiento vasto, que pueda ser por ejemplo un gran científico  que hace progresar la ciencia, y que al mismo tiempo pueda ser egoísta, discutidor, mezquino, vanidoso, lujurioso, etc.; Pues bien, ese modo de ser es su verdadero Ser. Sus conocimientos son saber, pero su comportamiento expresa su Ser.

La escuela del Sufismo, la que fue en otro tiempo extraordinaria doctrina gnóstica del Islam, también enseña los niveles del ser, (http://www.masnavi.org/jerrahi/Textos_em_espanhol/Siete_Niveles_del_Ser/siete_niveles_del_ser.html) porque para nosotros los gnósticos lo que realmente importa de una persona es su modo de Ser, no sus niveles de conocimientos más o menos intelectuales, ni sus grados académicos, ni sus investigaciones científicas, ni sus aportes a las artes, a la filosofía o a la religión, aun siendo todo esto sumamente importante en la vida de la gente, si luego resulta que su comportamiento es de mala persona, con intereses  egoístas que utiliza esos conocimientos para su enriquecimiento personal, para satisfacer su vanidad, su lujuria y todas sus bajas pasiones.

Nuestra civilización actual se encuentra desorientada. Las gentes no saben el porqué de tanta violencia, tanta corrupción, tanto desprecio por el ser humano que se refleja en guerras, en empobrecimiento de pueblos que creían que el mundo iba a ser mejor con todos los conocimientos adquiridos por la humanidad. La desilusión y el desencanto se extienden por doquier y las gentes se aferran a sus dogmas y creencias y nada cambia para mejor en sus vidas.

Avram Noam Chomsky, el conocido filósofo estadounidense, profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y activista político fuertemente crítico con el capitalismo contemporáneo, en su obra ¿Quién domina el mundo?, recurriendo a una amplia variedad de ejemplos, desde el programa en expansión de asesinatos mediante drones hasta la amenaza de una guerra nuclear, pasando por los puntos críticos que representan los conflictos de Irak, Irán, Afganistán e Israel-Palestina, ofrece reflexiones cargadas de matices sobre el funcionamiento del poder imperial en un planeta cada vez más caótico, a la vez que reflexiona sobre como el grueso de la población mundial es desviada hacia el consumismo o al odio al diferente y vulnerable, mientras las corporaciones multinacionales y los ricos hacen, cada vez más, lo que les place.

Pobres gentes de este mundo, sufren las miserias de la vida pero están engolosinadas con un consumismo materialista que no les resuelve su insatisfacción y sus infelicidades. La gente no se da cuenta que lo que realmente importa es el modo de Ser de cada persona; los pueblos son la suma de los individuos, lo que es el individuo es la masa social y no es posible la transformación de los pueblos, si el individuo, si cada persona, no transforma su Ser.

¿De qué sirve entonces un cambio de Era Astrológica si los individuos no cambian su Nivel de Ser? Realmente, el cambio de era astrológica será como todos los Años Nuevos que celebran las gentes del mundo, solo un cambio de calendario que no trae aparejado ningún cambio real en las vidas de las gentes. La conciencia de las gentes no cambia de forma mecánica y automática con el cambio de año o el cambio de era astrológica. La conciencia humana no es un ente mecánico, la conciencia es una cualidad (la de conocimiento que el ser humano posee sobre sí mismo, sobre su existencia y su relación con el mundo), que no depende de los cambios astrológicos ni de ningún otro tipo de cambio mecánico, sino que depende del Nivel del Ser.

La única forma de cambiar radicalmente todas las miserias, desgracias e infortunios de la humanidad es cambiando radicalmente el Nivel del Ser.

El Nivel del Ser es como escalones de una escalera que se extiende de abajo hacia arriba, verticalmente y con muchísimos escalones: el Nivel del Ser del borracho es diferente al del abstemio y el de la prostituta muy distinto al de la doncella. Ningún título, grado o ascenso en el mundo físico exterior origina un paso a un escalón superior en los Niveles del Ser: el Nivel del Ser pertenece al mundo interior, a nuestro mundo mental, a nuestro comportamiento moral y ético, a nuestra alma, a nuestro mundo espiritual. Para ascender en la escalera maravillosa de los Niveles de Ser debemos cambiar radicalmente eliminando el narcisismo psicológico de considerarnos mejor que todo el mundo y que nadie nos ha sabido apreciar; debemos dejar de sufrir por lo que nos hicieron, por las amarguras que nos causaron, compadeciéndonos a nosotros mismos, sintiendo falsa piedad de nosotros mismos.

El trabajo esotérico gnóstico afirma que sólo es posible el crecimiento del alma mediante el perdón a los demás, el amor al Real Ser espiritual y el amor a nuestros semejantes; el sentimiento de que a uno le deben, el dolor por los males que otros le causaron, nos impide cambiar nuestro Nivel de Ser. Por supuesto que primero es necesario que la persona esté consciente, se dé cuenta de su carácter y acciones y sea sincero al verse a sí mismo.

No se puede negar que en cada ser humano está contenido un completo potencial para la perfección espiritual, porque la Inteligencia Divina ha puesto en nuestra Esencia humana sus propios principios creadores, a su imagen y semejanza conforme reza la tradición (Génesis, 1:26); pero hemos olvidado la perfección puesta en nosotros antes de llegar a este mundo de barro, carne y hueso, porque nuestro ser físico se ha apegado a este mundo en el cual se deja fascinar por las golosinas del consumismo, nos hace olvidar de nuestro origen espiritual y caemos en un estado de ignorancia que nos impide reconocer la belleza y la sabiduría oculta dentro de nosotros.

Una de las enseñanzas del gnosticismo universal es que el ser humano tiene dos almas: una es el alma animal, y otra es el alma humana. El alma animal es una substancia refinada creada que controla la vida, la mente, los sentidos, sentimientos, emociones, la voluntad y el movimiento físico del cuerpo. Y nuestro ser que se relaciona con esta alma animal, es llamado "el ser animal", el ser que es regido por los deseos de la carne, el cual es el primer nivel y el más bajo de los niveles del ser. Este ser debe ser educado para que sus comportamientos sean tales que no se desarrolle el maligno ego dominador y pueda entrar en comunicación con su propia realidad interior y así desarrollar el alma humana, la sustancia refinada que controla las inteligencias múltiples y que permite una vida espiritual adornada con los dones y valores más nobles del Ser. Nuestro Ser relacionado con el alma humana es el que nosotros llamamos “ser humano”.

Lamentablemente, la inmensa mayoría de la humanidad, fascinada y engolosinada por los placeres del ego, vive en el ‘ser animal’ creyendo que es ‘ser humano’. El trabajo esotérico gnóstico consiste en eliminar de nuestro psiquismo los comportamientos egoístas propios del ‘ser animal’ y limpiarnos de sus secuelas para poder conectar con nuestro ‘ser humano’ para así poder ascender en la escala del Nivel del Ser a esos grados sublimes de seres superiores como los considerados seres divinos en las diferentes tradiciones espirituales y religiosas de la humanidad.

Y pensar que esa combinación de alma animal y alma humana ha generado el progreso que tenemos: actualmente vivimos la mejor época de la humanidad de los últimos 3.000 años, como afirma el filósofo francés Michel Serres  (Agen, Francia, 1930), uno de los grandes pensadores europeos vivos y autor de multitud de ensayos sobre la historia de la filosofía y de la ciencia.

La percepción de que el mundo retrocede, de que nos dirigimos hacia una suerte de caos y desastre final, es amplia. Según un estudio del Instituto Motivaction, el 87% de la población mundial cree que, en los últimos 20 años, la pobreza global ha permanecido igual o ha empeorado.

Los Coachs espirituales pensamos que se debe ver el lado positivo de las cosas y no de contemplar únicamente el lado negativo, y por ello estoy de acuerdo con pensadores como Serres o con el autor sueco Johan Norberg y su reciente libro ‘Progreso: diez razones para mirar hacia adelante’, que afirmó: “El mundo está mejorando rápidamente. De hecho, nunca antes el mundo mejoró así de rápido. Por cada minuto de esta conversación, cien personas salen de la pobreza”

Sabemos que el mundo no es un lugar perfecto. Ni siquiera un buen lugar. Padecemos injusticias, guerras, hambre y violencia. Una minoría de la población posee la mayor parte de la riqueza, mientras 760 millones —el 11% más pobre— sobreviven con menos de 2 dólares al día. La pobreza es cotidiana. Pero de todos los escenarios históricos mundiales que hemos conocido (no imaginado o deseado, sino conocido) vivimos en el mejor de la historia.

El científico cognitivo y profesor de Harvard Steven Pinker  (Montreal, Canada, 1954) es uno de los autores que han aportado más datos en defensa de esta tesis. Su libro ‘Los ángeles que llevamos dentro’ trata de demostrar que vivimos en la época más pacífica y próspera de la historia. “La gente a lo largo y ancho del mundo es más rica, goza de mayor salud, es más libre, tiene mayor educación, es más pacífica y goza de mayor igualdad que nunca antes”, señala Pinker en una entrevista a EL PAÍS. “Todas las estadísticas señalan que mejoramos. En general, la humanidad se encuentra mejor que nunca”.

La paradoja terrible de las creencias de la gente es que los datos dejan claro que el mundo no empeora, sino que mejora. Y los políticos populistas se aprovechan del pesimismo y la inconciencia de la población para hacer triunfar sus falsas tesis sostenidas con mentiras. Hasta han cambiado el término ‘mentira’ por ‘posverdad’, recurriendo a sus tan queridos eufemismos para no reconocer la verdad.

Si el mundo mejora como lo dicen los datos, a pesar de que nuestra alma animal domina a nuestra alma humana, ¡Imagínense que mundo podríamos construir si despertásemos conciencia, elevásemos nuestro Nivel de Ser y nuestra alma humana llegase a dominar a nuestra alma animal!