Por Jorge Eduardo Medina Barranco
São Paulo, Brasil. Febrero 1 de 2022
Talía Lavín nos dice:
Esa es una de las habilidades del mal para engañar,
construir estereotipos que te hagan creer y sentir que es imposible que haya
gente así de perversa en tu lindo vecindario, o entre tus conocidos o
compañeros de trabajo. La gente se opone con fuerza a enfrentar esa y muchas
otras realidades malvadas que impregnan el día a día de sus sociedades. El mal
existe en las comunidades humanas porque está implantado en la psiquis de las personas,
y nuestra propuesta gnóstica es que tenemos que eliminarlo de nuestro propio
interior mediante un trabajo psicológico muy particular, especial,
extraordinario y poco corriente. Y no tienes que permanecer en una creencia o
comunidad específica: puedes ser creyente o no creyente, lo importante es que
trabajes sobre ti mismo. Obviamente, ese trabajo requiere aprendizaje del
método y es necesaria una Escuela. Pero, como de toda Escuela, al terminar tu
aprendizaje eres libre de ir a ejercerlo donde gustes o donde puedas, según tus
propias circunstancias de vida. En cualquier caso, el camino principal se
desarrolla en el hogar y la vida social cotidiana.
No importa cuánto dinero tengas, ni lo buena que sea la
escuela a la que envías a tus hijos: nadie es inmune a la propaganda del mal en
sus múltiples formas porque, lamentablemente, no es solo el supremacismo
blanco. Supremacismo es toda ideología que defiende la superioridad de un
colectivo humano frente a los demás por razones étnicas, biológicas,
culturales, religiosas, origen o nacionalidad.
Volviendo a la entrevista, Lavín ahonda diciendo que:
por sí misma, pero la mayoría de las personas, cuando se despiertan por la mañana, no quiere pensar “soy un villano horrible”. Quieren creer que están salvando el mundo, que están ayudando a crear un mundo mejor y más seguro para los blancos. Están muy obsesionados con la noción de mantenerse a sí mismos y a sus hijos a salvo de la “malvada influencia judía”»
Esta doctrina antijudía es, tristemente, muy cristiana. Como
es sabido, el antijudaísmo cristiano es la discriminación y la hostilidad de
los cristianos y de sus iglesias hacia los judíos, basada fundamentalmente en
argumentos religiosos.
La misma predicación de Pablo de Tarso, cuya notable
actividad apostólica entre los que no eran judíos le valdría el nombre de
apóstol de los gentiles, se desarrolló casi siempre en los lugares donde había
comunidades judías. Tal como nos informan sus Cartas y los Hechos, solía ser
allí donde, después de dirigirse a los judíos, a menudo en la sinagoga,
comenzaba a predicar a los gentiles. Y tanto los Hechos como las Cartas dan a
entender que los mismos judíos miraban al principio a los cristianos como un
grupo más, escindido y cada vez más herético, del propio judaísmo.
Los primeros cristianos judíos se presentaban a sí mismos
como el "Nuevo Israel" y se escandalizaban porque los judíos
persistieran en su "ceguera" de seguir esperando la venida del
Mesías, para cumplir la Promesa que Dios le hiciera a Abraham, cuando el Mesías
ya había llegado: era Jesucristo. Finalmente, como el cristianismo crecía en
todo el mundo gentil, los cristianos se separaron de sus raíces judías y de Jerusalén.
De esa no aceptación de Jesús como Mesías por parte de los
judíos, el cristianismo creó la falsa acusación de que los judíos eran el
pueblo deicida, el responsable de la muerte de Jesucristo en la cruz; y durante
siglos, en las ceremonias del Viernes Santo, se invitaba a los fieles
cristianos a rezar pro perfidis Judaeis, que quería decir algo como “oremos por
los judíos que están apartados de la fe verdadera”, pero que los cristianos
siempre le dieron el sentido de una supuesta perfidia y maldad que
caracterizaba al pueblo judío en su conjunto.
Hubo que esperar casi dos mil años para que el papa Juan
XXIII en 1959 ordenara que ya no se rezara el Oremus pro perfidis Judaeis en
las iglesias católicas. Sin embargo, la animadversión a los judíos no ha
desaparecido de entre los cristianos fanáticos, como estos supremacistas
blancos de que habla Lavín.
¡MIRA EN TU INTERIOR, BUSCA CREENCIAS SUPREMACISTAS Y
ELIMÍNALAS DE TU PSIQUIS SI QUIERES CONTRIBUIR A LA CONSTRUCCIÓN DE UN MUNDO
MÁS HUMANO!