Por Jorge Eduardo Medina Barranco
10 de agosto de 2014, Breña Baja, Santa Cruz de Tenerife
Cuando me surgió la idea de escribir este pequeño artículo
sobre Crecimiento Personal como continuación de mi idea de un proceso
humanizador hice lo que hago normalmente de leer algunos escritos sobre el tema
para informarme sobre otros puntos de vista diferentes al mío, y me encontré en
la Wikipedia[1] un artículo que muestra
esos ramalazos de manipulación (en el sentido de controlar sutilmente a la
sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y
libremente) que aparecen en algunos de los editores de esta popular
enciclopedia libre colaborativa: No da una explicación neutral y trata
despectivamente al género del crecimiento personal tratándolo de: "[...]
conjunto muy variado de propuestas de psicología popular, pseudocientíficas o
espiritualistas[...]", lo cual no es cierto en general, porque muchas
propuestas del género de desarrollo personal son propuestas y técnicas basadas
en la ciencia y en datos empíricos. Por lo que a mis conocimientos respecta,
sólo con observar la lista subjetiva que propone y que incluye desde
psicologías humanistas hasta métodos que pueden ser pseudo-científicos o
espiritualistas como lo dice el articulista, que no lo sé porque no los conozco
como para catalogarlos de esa ni de ninguna otra manera, se ve que el
pensamiento pseudo-científico del escritor le juega una mala pasada. Sí puedo
comentar sobre el coaching, que se incluye en esa lista arbitraria: el coaching
no es pseudo-ciencia, ni psicología popular, ni propuesta espiritualista, ni
ninguna otra afirmación que se pueda hacer desde el desconocimiento de lo que
es el coaching. El coaching es una técnica de aprendizaje (y que sin duda
alguna te puede gustar o no) que se
desarrolla en un proceso interactivo y transparente mediante el cual el Coach y
su Cliente buscan el camino más eficaz, creativo y estimulante para maximizar
el potencial personal y profesional del Cliente, usando sus propios recursos y
habilidades. Como herramienta de Crecimiento Personal, tanto en lo familiar,
como en lo social o en lo profesional, el coaching es extraordinario. Siendo
técnica y herramienta, el coaching no es nada de lo que dice el manipulador
artículo Wikipedia sobre desarrollo personal.
El Crecimiento Personal
implica un cambio cultural innovador de sí mismo, por tanto un proceso
de aprendizaje, en el cual debemos considerar tres factores claves para la
construcción de esa cultura innovadora. No son los únicos factores a tener en cuenta, pero sí son lo
suficientemente determinantes ante cualquier pretensión de Crecimiento Personal
como para tenerlos siempre en cuenta.
El primer factor es nuestra VISIÓN. La visión personal de
futuro es algo por lo que vale la pena trabajar duro.
¿Qué es lo que quieres? Saber responder a esta pregunta es
fundamental si en verdad de verdad quieres lograr un Crecimiento Personal. Lo verdaderamente relevante de tu visión
personal no es tanto su contenido, sino
lo que logra, la movilización de energías que puede provocar en tu vida para
alcanzarla, porque si sabes lo que quieres fijas tu atención y centras tus
pensamientos en el logro de tu meta. Esta aspiración de futuro debe ser los
suficientemente ambiciosa, audaz, importante y alcanzable, que busque un logro diferenciador respecto de
nuestra realidad actual.
Es fundamental garantizar que esa visión nuestra sea
coherente con nuestros VALORES, porque sólo así sentiremos que ese logro futuro
es una tarea personal: nuestros valores personales son la energía que nos mueve
hacia nuestra visión, es el motor que nos
impulsa hacia delante. No olvides que tu vida se mueve hacia tus metas
personales impulsada por tus propios valores, no por los de los demás.
Además, la VISUALIZACIÓN del proceso que vamos a seguir para
acercarnos a nuestra meta nos ayudará a alinear nuestros esfuerzos en la
dirección adecuada. Esta visualización es la conexión entre el futuro deseado y
el presente.
El segundo factor clave para apoyar nuestro Crecimiento Personal es la FIDELIDAD
A LA REALIDAD. La tendencia natural a ver lo que se desea, el autoengaño, la
ceguera por miedo a enfrentarse a lo que se pueda descubrir y la
autocomplacencia, son algunos de los caminos más rápidos hacia el desastre
personal. La capacidad de mantener la percepción de la realidad lo más cerca
posible de la situación objetiva, se construye sobre 3 pilares:
1. Acciones para
detectar la realidad:
Para examinar la realidad presente es fundamental proceder
con objetividad, es decir, debemos examinar todo lo que sucede en el momento
presente independientemente de juicios personales: las opiniones, expectativas,
miedos o prejuicios que tenemos pueden distorsionar la realidad. Es evidente
que la objetividad absoluta no existe, ya que cualquier realidad es
reinterpretada por nosotros a través de nuestra percepción y nuestros filtros
psicológicos, pero la conciencia es capaz de percibir las cosas con más
claridad, como una luz que alumbra en la oscuridad.
Uno de los instrumentos más útiles para poner en acción
nuestra conciencia es realizarnos preguntas efectivas, que favorezcan un
lenguaje descriptivo que se centre en las acción que estoy realizando y no en
mí mismo como persona, preguntas que hagan referencia a las distintas
situaciones que se producen, cómo están relacionadas una con otras, cómo
interactúan; y así analizo los elementos y efectos de mi conducta, en lugar de
evaluarla o juzgarla:
¿Qué quiero? ¿Qué me aportará lograr lo que quiero? ¿Qué es
lo que realmente me importa? ¿Qué me impide alcanzar lo que quiero? son
ejemplos de preguntas efectivas que te pueden ayudar en tu camino de
Crecimiento Personal. En este proceso puede ser conveniente la búsqueda de
ayuda profesional. Los coachs somos profesionales entrenados para acompañar en ese camino hacia ser lo
mejor que podemos ser.
2. Humildad para
reconocer esa realidad:
Debemos evitar la autocomplacencia y la adulación. Se puede
considerar que el hecho de sentirse “cómodo” en un estado personal es, en sí
mismo, una señal de alarma. Nadie tiene todas las respuestas, ni la obligación
de conocerlas. Cultivar la curiosidad,
la capacidad de escucha, la paciencia y la empatía. La alta posibilidad
de equivocarnos es un hecho normal y es una puerta de aprendizaje. Cuando uno
se equivoca tiene la oportunidad de aprender cosas nuevas. Es el archiconocido
método de prueba y error que no intenta descubrir por qué funciona una
solución, sino que solo se aspira a lograrla. Una manera efectiva de cultivar
la humildad es reconocer públicamente, con humor y cierto desparpajo, las
propias limitaciones que nos conducen a equivocarnos (eliminar la perniciosa
imagen de “infalibilidad”): Errare humanum est.
3. Compromiso y
conocimiento público para sostener la realidad:
Comunicando la realidad – y recibiendo comunicación de los
demás – de forma sostenida, persistente, obstinada incluso. Expresando con
claridad mis metas y los valores que me mueven, y manteniéndolos a la luz del
conocimiento público. Mi meta puede ser un título profesional, un trabajo, un
estilo de vida, una relación personal, un nuevo lugar para vivir, [...]
El tercer factor, resultado de la interacción de los dos
anteriores, es la TENSIÓN CREATIVA. La podemos definir como la sensación
interior de que es necesario “hacer algo”. Resulta del “tira y afloja”
existente entre nuestra visión y la realidad actual. Es la fuerza movilizadora
que nos saca de la “zona de confort” y nos permite avanzar. Debemos mantener un
nivel adecuado de la aspiración y mantener la percepción de la realidad lo más
cercana posible a la realidad objetiva.
Para generar esta Tensión Creativa, debemos:
• Mantener
una alta expectativa de logro y niveles superiores de confianza en nuestra
capacidad para influir en los acontecimientos, para superar las dificultades y
para auto-motivarnos.
• Mantenernos
fieles a la realidad en cada momento.
• Es
importante que entendamos que cada uno de nosotros puede y debe hacer algo
(responsabilidad propia), frente al pensamiento de que debe hacerse algo (responsabilidad
trasladada a los demás).
• En una
situación de cambio, el conflicto siempre va a existir. Cierto grado de
conflicto es necesario y positivo. La ausencia de conflicto es uno de los
indicadores más fiables de la falta de iniciativa personal, y de la ausencia de
capacidad innovadora en nuestra propia vida y por tanto refleja poco
CRECIMIENTO PERSONAL.
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