Por Jorge Eduardo Medina Barranco
Bucaramanga, 19 de octubre de 2017
La visión que intento transmitir mediante mis escritos en esta página es la necesidad de construir un mundo más humano a través del despertar de la necesaria conciencia del bien. Estoy convencido que, para esta toma de conciencia, es fundamental el autoconocimiento mediante herramientas, técnicas y estrategias que se encuentran dispersas entre las enseñanzas religiosas, filosóficas, científicas y artísticas de las diferentes tradiciones culturales del mundo. No pertenecen a una sola tradición, porque son patrimonio de la humanidad: todo ser humano tiene en potencia la capacidad de este despertar de conciencia. Sin distingos de ninguna clase.
El problema está en que se puede despertar conciencia para el bien o para el mal. Astutamente, el ego ha formulado y propagado la teoría de que cada persona está bien como está, y está haciendo desdibujar la idea de que existen comportamientos de bien y de mal.
Evidentemente, reflexionar sobre el bien y sobre el mal es complejo porque, haciendo uso de una metáfora, no podemos concluir que un tigre que se come una gacela dejando huérfanas gacelas bebé que van a morir de hambre es un ser malo, porque si ocurriese que el tigre no puede cazar y alimentar a sus tigres bebé tampoco podemos concluir lo opuesto, que las gacelas son malas porque por su culpa se mueren los tigres bebé. Son hechos naturales. Todos existimos y necesitamos vivir y para ello debemos comer y ser comidos como estrategia de supervivencia.
El problema del ser humano es construirse una visión de futuro justo para crear unas relaciones de ganar-ganar con todos los seres del planeta en esa lucha que podemos llamar de conservación medioambiental como supervivencia de la vida en el planeta. Estoy firmemente convencido que esa relación ganar-ganar surge de lo que yo denomino conciencia del bien. Considero que es deber de todo ser humano proteger el medio ambiente, entorno esencial de la vida y los recursos naturales que satisfacen las necesidades vitales de todos los habitantes del planeta.
Para lograr la conciencia del bien necesaria para la protección de esos recursos que son patrimonio de la humanidad actual (pero también de las generaciones futuras porque realmente estamos usando hoy lo que pertenece tanto a nosotros como a los jóvenes y niños que nacerán en el mundo y que deberán igualmente tener lo necesario para su bienestar) es fundamental educar a todas las persona sin distingos de ninguna clase en esas herramientas que construyen el autoconocimiento del mundo emocional, racional y de voluntad de una manera consciente.
Por ello, junto con un amplio grupo de personas, hemos creado instituciones que enseñan el autoconocimiento para lograr el cambio de conciencia que permitirá un desarrollo humano para un bienestar individual y social sostenible.
El conocerse a sí mismo se logra mediante un trabajo interior de tipo psicológico cuya metodología se basa en la auto-observación que hace el individuo de sí mismo.
Nuestra premisa es que no se puede estudiar la psicología como se estudia la astronomía o la química; esto es, fuera de uno mismo. La psicología se estudia observando tanto nuestro mundo interior como el mundo exterior, y cómo relacionamos esos dos mundos.
del término conciencia, para seguir luego con la adquisición gradual del dominio sobre ella.
La conciencia es una especie muy particular de darse cuenta uno, independientemente de su actividad mental, ante todo, de sí mismo, de quién soy, de qué estoy haciendo, de dónde estoy, de lo que se, de lo que no se y así sucesivamente en un proceso que nos conduce a ser realmente conscientes.
En el capítulo 23 de "Psicología Revolucionaria”, el maestro gnóstico Samael Aun Weor habla de EL MUNDO DE RELACIONES y lo encuadra en tres aspectos diferentes:
Primero: Nuestra relación con el propio cuerpo físico.
Segundo: Nuestra relación con la vida en el planeta y por secuencia lógica todo lo relacionado con el mundo exterior y con las cuestiones que atañen a nosotros, (familia, negocios, dineros, oficio, profesión, política, etc.) y al medio ambiente (el medio ambiente se refiere a todo lo que rodea a los seres vivos, y está conformado por elementos biofísicos -suelo, agua, clima, atmósfera, plantas, animales y microorganismos- y componentes sociales derivados de las relaciones culturales, ideológicas, económicas…)
Tercero: La relación del hombre consigo mismo.
Ese mundo de relaciones genera en nosotros tres niveles de darse cuenta, es decir, de enterarse una persona de una cosa que no entendía o que le había pasado inadvertida y, además, comprenderla.
Los 3 niveles del “Darse cuenta”
1.Darse cuenta de la zona interna: Es poner la atención en sí mismo (auto-observarse, ¿Quién soy?)
2.Darse cuenta de la zona externa: Percibir la realidad del entorno en vez de fantasearla o interpretarla (observar la realidad ¿Dónde estoy?, ¿Qué hago?)
3.Darse cuenta de la zona intermedia: Es enfocar nuestro FILTRO FANTASIOSO con que tamizamos las percepciones internas y externas. Ese FILTRO son nuestros MOLDES MENTALES, donde residen los prejuicios, fobias, paranoias, distorsiones generales de lo que nos llega de fuera: son nuestros YOES psicológicos (observar cómo interpreto el mundo ¿cuáles son mis moldes mentales? ¿cómo pienso? ¿qué hábitos de comportamiento tengo?)
Este "Darse Cuenta" en nuestros tres niveles de percepción se corresponde con, al menos, cuatro preguntas clave:
¿Qué estoy haciendo?
¿Qué siento en ese momento?
¿Qué estoy tratando de evitar?
¿Qué quiero yo, qué espero yo de ti?
Los métodos Mindfulness y Coaching ayudan de manera certera a trabajar en nuestro mundo de relaciones y a darnos cuenta de cómo realizar nuestro trabajo psicológico para despertar nuestra conciencia a un nivel superior de ser, creando eso que llamo conciencia del bien y que nos convertiría en verdaderos seres humanos en un mundo tan lleno de mentiras, violencias y desprecio por la humanidad como el actual.
¡AYÚDANOS A CONSTRUIR UN MUNDO MÁS HUMANO, DESPIERTA TU CONCIENCIA!