domingo, 18 de septiembre de 2016

PAZ, CULTURA Y MOLDES MENTALES

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

18 de septiembre de 2016, Bucaramanga, Colombia

La cultura, considerada en su definición RAE como un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc., es un Molde de la Mente.

¿QUÉ SON LOS MOLDES DE LA MENTE?

La palabra “molde” se refiere a un objeto hueco que da forma a la materia que en él se solidifica: es decir, un “molde” es un aparato o artefacto con una forma determinada, que sirve para “moldear” el “contenido” que se vierte en su interior. Se emplea profusamente para obtener piezas moldeadas, tanto en arte –bustos, figuras, columnas– como en construcción –balaustres, revestimientos– o en diversos procesos industriales –objetos cerámicos, elaboración de barras de chocolate, jabones, cubitos de hielos, etc.


De forma similar, la mente puede funcionar como una especie de ‘cuenco’ o ‘molde’ recibiendo la cultura de su entorno y  “petrificándola” como si esa fuese la única forma posible de funcionar como ser humano. Cada pueblo cree que su modo de comportarse es un modo ‘universal’ de comportamiento, y cuando entra en contacto con una cultura diferente siente un rechazo hacia los comportamientos ‘anómalos’ de las personas de esa cultura diferente.

Los Moldes de la Mente son hábitos mentales que las personas aprenden por repetición de patrones de pensamiento y de respuesta, de forma que la mente termina actuando de la misma forma, activando los mismos pensamientos, emociones y conductas en diferentes situaciones, convirtiendo los comportamientos de las personas en acciones mecánicas, sin reflexión, ni lógica, ni intuición: con la conciencia dormida.

Podríamos comparar esos Moldes de la Mente como un programa informático. Un programa informático o programa de computadora es una secuencia de instrucciones, escritas para realizar una tarea específica en una computadora. El programa tiene un formato (tiene una forma) ejecutable que la computadora puede utilizar directamente para ejecutar las instrucciones. Una colección de programas de computadora y datos relacionados se conoce como software.

De forma análoga, cada individuo construye sus Moldes de la Mente como un programa de modos habituales y personales de interpretar y reaccionar  ante la realidad en situaciones donde se enfrenta a hechos que le involucran personalmente en sus intereses y emociones. Cada uno de nosotros funciona con un software cultural, que modifica en base a sus intereses y emociones si es capaz de ‘darse cuenta’ que está programado y aprende a ‘reprogramarse’. Las personas que no lo hacen viven mecánicamente, con la conciencia ‘dormida’ entre sus moldes mentales, repitiendo de forma automática pensamientos, emociones y acciones como en la comedia de Bill Murray y Andie MacDowell 'Atrapado en el tiempo', en la cual un déspota personaje, presentador de televisión, acude a un pueblo para informar sobre el Día de la Marmota. El personaje queda atrapado en ese día: diariamente cuando sonaba el despertador comprobaba que seguía siendo el mismo día que él ya había vivido anteriormente. Interesante comedia para reflexionar sobre nuestros Moldes de la Mente y los pensamientos, emociones y acciones repetitivas a lo largo de nuestras vidas: las personas viven, sin saberlo, en un bucle espacio-temporal repitiendo sus dramas y tristezas, sus alegrías y sus rutinas diarias, sin saber cómo salir de los sufrimientos de la vida.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LOS MOLDES MENTALES?

En la naturaleza podemos observar que el agua que, una y otra vez, corre por el mismo terreno poco a poco va abriendo un cauce en la tierra. En el futuro, ese cauce facilitará el tránsito del agua. Pero, a su vez, el agua ahondará cada vez más el propio cauce. En las futuras ocasiones en las que corra el agua, será mucho más probable que lo haga por el cauce que ya se ha formado.

Como el agua que corre por el terreno, ideas, pensamientos, imágenes, etc., recorren nuestro cerebro. Todo esto se repite, una y otra vez, en situaciones similares. Así, en la medida en que se repita, se va formando el cauce, el patrón de conexiones neuronales o el molde que configurará, en el futuro, nuestras interpretaciones, pensamientos y formas de reaccionar ante la realidad. Nuestro cerebro funciona por reacciones químicas, transmitiendo información de neurona en neurona. Que reaccionemos de una forma u otra depende de si en nuestro cerebro se activa un circuito neuronal u otro. El aprendizaje refuerza ciertos circuitos, mientras que otros, por desuso, se debilitan. Por lo tanto, los circuitos que por aprendizaje se refuerzan constituyen hábitos mentales que no son mas que  moldes mentales de comportamiento. 

Aprendizaje y Biología

Afortunadamente se sabe que las conexiones cerebrales no son rígidas y que estamos en disposición de aprender nuevos hábitos a lo largo de toda nuestra vida.

Debemos entender claramente que los moldes mentales nacen y se hacen.

Nuestra personalidad no nace en el vacío: existen disposiciones al nacer que se cristalizan, de una forma u otra, con las experiencias vividas y con todo cuanto ocurre en nuestro entorno. Nacemos con tendencias genéticas (genoma), pero sólo con eso: tendencias, predisposiciones que se pueden desarrollar o no según las circunstancias de la vida. Por ejemplo, toda persona normal nace con la predisposición genética para aprender a leer y escribir, pero si no se le pone en las circunstancias ambientales adecuadas (un proceso educativo de lecto-escritura), no aprenderá.

Como hemos podido vislumbrar en el párrafo anterior, también hay tendencias ambientales que conforman lo que podemos llamar nuestro "psicoma". Por ejemplo, toda persona nace con la predisposición de ser feliz en su vida, pero si se le educa con la idea de que esta vida es un valle de lágrimas donde venimos a sufrir, vivirá su vida con dolor y sufrimiento.

Podríamos decir que los moldes mentales vienen a ser como nuestro “psicoma” humano. Nuestros moldes mentales propios son esculpidos a base de experiencias, con lo que el resultado final no sólo depende de la naturaleza del material (las predisposiciones innatas que llamamos Esencia), sino, también, de los golpes o cincelazos del artista, que son las experiencias personales y cómo las interpretamos cada uno de nosotros en base a nuestra Esencia propia. Yo Soy lo que construyo en mi relación conmigo mismo y con mi entorno, tanto en el plano psicológico como en el espiritual.

¿Por qué es importante conocer nuestros Moldes de la Mente?

 Según nuestros moldes mentales percibimos, interpretamos y reaccionamos ante la realidad de un modo u otro, es decir, según los moldes mentales que hemos ido construyendo, nuestra capacidad para adaptarnos, ser eficaces y ser felices será diferente. Los moldes de la mente determinan nuestra forma de ser, precisamente porque determinan nuestro modo de saber manejarnos en la vida. Ese software que conforma nuestros moldes de la mente es una especie de inteligencia para la vida. No se trata de una inteligencia racional, esa capacidad para resolver problemas abstractos, o para memorizar una serie de palabras, o para apreciar relaciones entre hechos, sino más bien la capacidad para defendernos y manejarnos eficazmente en nuestra vida cotidiana con una especie de inteligencia socioafectiva.

Nuestra mente funciona como si fuera una cámara de cine, con distintos encuadres y movimientos, enfocando la realidad desde distintos ángulos y maneras. Los moldes de la mente generan muchos enfoques y matices: Hay enfoques que se especializan en extraer lo más negativo de la realidad (los fallos, lo malo). Otros, en cambio, extraen lo positivo. Hay enfoques que engrandecen lo que va a ocurrir y, luego, empequeñecen lo que ha ocurrido; hay enfoques que se centran en lo que no se tiene; enfoques que anticipan peligros, problemas o fracasos; enfoques que imaginan esfuerzo, etc. 

Los diversos enfoques mentales producen reacciones distintas y, cuando se hacen habituales (moldes), permiten que la realidad se vea y se sienta de una manera determinada y peculiar en cada uno de nosotros, que puede ser beneficiosa para nuestra felicidad, adaptación y rendimiento, o puede producir todo lo contrario. Esto nos ocurre a todos los seres humanos, lo aceptemos o no, por genoma y por psicoma.

En mis diversos viajes veo muchos moldes mentales. Y cuando estoy en Colombia, donde paso actualmente la mitad de mi tiempo, aun cuando hay muchísimos colombianos que viven y trabajan en y para la paz, encuentro mucha gente que cree que no se puede vivir en paz hasta que no se ‘extermine’ al contrario (visto como malo, peligroso, delincuente, terrorista, enemigo personal o político, etc.) ya sea condenándolo, exponiéndolo al escarnio público o matándolo, como si ellos fuesen los Judas, Pilatos y Caifás del drama cristiano, reaccionando en base al resentimiento, la venganza, el rencor, el odio, que como moldes mentales no les permite funcionar de otra manera, porque ese es el programa con el que se han educado en 52 años de violencia. No piensan en procesos educativos y transformación social pacífica, sino en repetición mecánica de sus moldes de la mente construidos durante los procesos de violencia vividos por el país.

A raíz del plebiscito en que se les pregunta a los colombianos si apoyan el acuerdo final redactado en la Habana entre los representantes del gobierno y las FARC, los ciudadanos no se contentan solamente con votar sí o no explicando sus posturas, sino que se han dividido  en facciones enconadas en las que están a punto de deteriorarse gravemente las relaciones entre padres e hijos, amigos y familiares por cuenta de las distintas posiciones frente al tal plebiscito. Lo he vivido intentando dialogar con personas con las que discrepo de su posición respecto al acuerdo: no hay diálogo posible, o estoy de acuerdo con ellos o estoy ‘contra’ ellos; se lo toman como una enemistad personal y no como una postura de aceptación o no del acuerdo de la Habana. Pobres personas, viven en una cultura de violencia pero no se dan cuenta. La paz no llegará a Colombia por la firma de un acuerdo u otro; para que llegue la paz hace falta que las personas se den cuenta de la violencia cotidiana que ejercen unos sobre otros, y dejen de hacerlo.

Los invito a que lean mi artículo La Paz es Posible: (http://jmedinabarranco.blogspot.com.co/2016/06/la-paz-es-posible_86.html) y reflexionen sobre ello, porque la paz es posible si se trabaja sobre sí mismo para cambiar el programa cultural derivado de tantos años de violencia.

En el mundo somos muchos los que trabajamos por y para la paz. Como lo dije en mi artículo de junio de este año, LA PAZ ES POSIBLE, en Colombia y en cualquier lugar del mundo. Basta con que nos hagamos más humanos.

PAZ, CULTURA Y MOLDES MENTALES

Por Jorge Eduardo Medona Barranco

18 de septiembre de 2016, Bucaramanga, Colombia

La cultura, considerada en su definición RAE como un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc., es un Molde de la Mente.

¿QUÉ SON LOS MOLDES DE LA MENTE?

La palabra “molde” se refiere a un objeto hueco que da forma a la materia que en él se solidifica: es decir, un “molde” es un aparato o artefacto con una forma determinada, que sirve para “moldear” el “contenido” que se vierte en su interior. Se emplea profusamente para obtener piezas moldeadas, tanto en arte –bustos, figuras, columnas– como en construcción –balaustres, revestimientos– o en diversos procesos industriales –objetos cerámicos, elaboración de barras de chocolate, jabones, cubitos de hielos, etc.


De forma similar, la mente puede funcionar como una especie de ‘cuenco’ o ‘molde’ recibiendo la cultura de su entorno y  “petrificándola” como si esa fuese la única forma posible de funcionar como ser humano. Cada pueblo cree que su modo de comportarse es un modo ‘universal’ de comportamiento, y cuando entra en contacto con una cultura diferente siente un rechazo hacia los comportamientos ‘anómalos’ de las personas de esa cultura diferente.

Los Moldes de la Mente son hábitos mentales que las personas aprenden por repetición de patrones de pensamiento y de respuesta, de forma que la mente termina actuando de la misma forma, activando los mismos pensamientos, emociones y conductas en diferentes situaciones, convirtiendo los comportamientos de las personas en acciones mecánicas, sin reflexión, ni lógica, ni intuición: con la conciencia dormida.

Podríamos comparar esos Moldes de la Mente como un programa informático. Un programa informático o programa de computadora es una secuencia de instrucciones, escritas para realizar una tarea específica en una computadora. El programa tiene un formato (tiene una forma) ejecutable que la computadora puede utilizar directamente para ejecutar las instrucciones. Una colección de programas de computadora y datos relacionados se conoce como software.

De forma análoga, cada individuo construye sus Moldes de la Mente como un programa de modos habituales y personales de interpretar y reaccionar  ante la realidad en situaciones donde se enfrenta a hechos que le involucran personalmente en sus intereses y emociones. Cada uno de nosotros funciona con un software cultural, que modifica en base a sus intereses y emociones si es capaz de ‘darse cuenta’ que está programado y aprende a ‘reprogramarse’. Las personas que no lo hacen viven mecánicamente, con la conciencia ‘dormida’ entre sus moldes mentales, repitiendo de forma automática pensamientos, emociones y acciones como en la comedia de Bill Murray y Andie MacDowell 'Atrapado en el tiempo', en la cual un déspota personaje, presentador de televisión, acude a un pueblo para informar sobre el Día de la Marmota. El personaje queda atrapado en ese día: diariamente cuando sonaba el despertador comprobaba que seguía siendo el mismo día que él ya había vivido anteriormente. Interesante comedia para reflexionar sobre nuestros Moldes de la Mente y los pensamientos, emociones y acciones repetitivas a lo largo de nuestras vidas: las personas viven, sin saberlo, en un bucle espacio-temporal repitiendo sus dramas y tristezas, sus alegrías y sus rutinas diarias, sin saber cómo salir de los sufrimientos de la vida.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LOS MOLDES MENTALES?

En la naturaleza podemos observar que el agua que, una y otra vez, corre por el mismo terreno poco a poco va abriendo un cauce en la tierra. En el futuro, ese cauce facilitará el tránsito del agua. Pero, a su vez, el agua ahondará cada vez más el propio cauce. En las futuras ocasiones en las que corra el agua, será mucho más probable que lo haga por el cauce que ya se ha formado.

Como el agua que corre por el terreno, ideas, pensamientos, imágenes, etc., recorren nuestro cerebro. Todo esto se repite, una y otra vez, en situaciones similares. Así, en la medida en que se repita, se va formando el cauce, el patrón de conexiones neuronales o el molde que configurará, en el futuro, nuestras interpretaciones, pensamientos y formas de reaccionar ante la realidad. Nuestro cerebro funciona por reacciones químicas, transmitiendo información de neurona en neurona. Que reaccionemos de una forma u otra depende de si en nuestro cerebro se activa un circuito neuronal u otro. El aprendizaje refuerza ciertos circuitos, mientras que otros, por desuso, se debilitan. Por lo tanto, los circuitos que por aprendizaje se refuerzan constituyen hábitos mentales que no son mas que  moldes mentales de comportamiento. 

Aprendizaje y Biología

Afortunadamente se sabe que las conexiones cerebrales no son rígidas y que estamos en disposición de aprender nuevos hábitos a lo largo de toda nuestra vida.

Debemos entender claramente que los moldes mentales nacen y se hacen.

Nuestra personalidad no nace en el vacío: existen disposiciones al nacer que se cristalizan, de una forma u otra, con las experiencias vividas y con todo cuanto ocurre en nuestro entorno. Nacemos con tendencias genéticas (genoma), pero sólo con eso: tendencias, predisposiciones que se pueden desarrollar o no según las circunstancias de la vida. Por ejemplo, toda persona normal nace con la predisposición genética para aprender a leer y escribir, pero si no se le pone en las circunstancias ambientales adecuadas (un proceso educativo de lecto-escritura), no aprenderá.

Como hemos podido vislumbrar en el párrafo anterior, también hay tendencias ambientales que conforman lo que podemos llamar nuestro "psicoma". Por ejemplo, toda persona nace con la predisposición de ser feliz en su vida, pero si se le educa con la idea de que esta vida es un valle de lágrimas donde venimos a sufrir, vivirá su vida con dolor y sufrimiento.

Podríamos decir que los moldes mentales vienen a ser como nuestro “psicoma” humano. Nuestros moldes mentales propios son esculpidos a base de experiencias, con lo que el resultado final no sólo depende de la naturaleza del material (las predisposiciones innatas que llamamos Esencia), sino, también, de los golpes o cincelazos del artista, que son las experiencias personales y cómo las interpretamos cada uno de nosotros en base a nuestra Esencia propia. Yo Soy lo que construyo en mi relación conmigo mismo y con mi entorno, tanto en el plano psicológico como en el espiritual.

¿Por qué es importante conocer nuestros Moldes de la Mente?

 Según nuestros moldes mentales percibimos, interpretamos y reaccionamos ante la realidad de un modo u otro, es decir, según los moldes mentales que hemos ido construyendo, nuestra capacidad para adaptarnos, ser eficaces y ser felices será diferente. Los moldes de la mente determinan nuestra forma de ser, precisamente porque determinan nuestro modo de saber manejarnos en la vida. Ese software que conforma nuestros moldes de la mente es una especie de inteligencia para la vida. No se trata de una inteligencia racional, esa capacidad para resolver problemas abstractos, o para memorizar una serie de palabras, o para apreciar relaciones entre hechos, sino más bien la capacidad para defendernos y manejarnos eficazmente en nuestra vida cotidiana con una especie de inteligencia socioafectiva.

Nuestra mente funciona como si fuera una cámara de cine, con distintos encuadres y movimientos, enfocando la realidad desde distintos ángulos y maneras. Los moldes de la mente generan muchos enfoques y matices: Hay enfoques que se especializan en extraer lo más negativo de la realidad (los fallos, lo malo). Otros, en cambio, extraen lo positivo. Hay enfoques que engrandecen lo que va a ocurrir y, luego, empequeñecen lo que ha ocurrido; hay enfoques que se centran en lo que no se tiene; enfoques que anticipan peligros, problemas o fracasos; enfoques que imaginan esfuerzo, etc. 

Los diversos enfoques mentales producen reacciones distintas y, cuando se hacen habituales (moldes), permiten que la realidad se vea y se sienta de una manera determinada y peculiar en cada uno de nosotros, que puede ser beneficiosa para nuestra felicidad, adaptación y rendimiento, o puede producir todo lo contrario. Esto nos ocurre a todos los seres humanos, lo aceptemos o no, por genoma y por psicoma.

En mis diversos viajes veo muchos moldes mentales. Y cuando estoy en Colombia, donde paso actualmente la mitad de mi tiempo, aun cuando hay muchísimos colombianos que viven y trabajan en y para la paz, encuentro mucha gente que cree que no se puede vivir en paz hasta que no se ‘extermine’ al contrario (visto como malo, peligroso, delincuente, terrorista, enemigo personal o político, etc.) ya sea condenándolo, exponiéndolo al escarnio público o matándolo, como si ellos fuesen los Judas, Pilatos y Caifás del drama cristiano, reaccionando en base al resentimiento, la venganza, el rencor, el odio, que como moldes mentales no les permite funcionar de otra manera, porque ese es el programa con el que se han educado en 52 años de violencia. No piensan en procesos educativos y transformación social pacífica, sino en repetición mecánica de sus moldes de la mente construidos durante los procesos de violencia vividos por el país.

A raíz del plebiscito en que se les pregunta a los colombianos si apoyan el acuerdo final redactado en la Habana entre los representantes del gobierno y las FARC, los ciudadanos no se contentan solamente con votar sí o no explicando sus posturas, sino que se han dividido  en facciones enconadas en las que están a punto de deteriorarse gravemente las relaciones entre padres e hijos, amigos y familiares por cuenta de las distintas posiciones frente al tal plebiscito. Lo he vivido intentando dialogar con personas con las que discrepo de su posición respecto al acuerdo: no hay diálogo posible, o estoy de acuerdo con ellos o estoy ‘contra’ ellos; se lo toman como una enemistad personal y no como una postura de aceptación o no del acuerdo de la Habana. Pobres personas, viven en una cultura de violencia pero no se dan cuenta. La paz no llegará a Colombia por la firma de un acuerdo u otro; para que llegue la paz hace falta que las personas se den cuenta de la violencia cotidiana que ejercen unos sobre otros, y dejen de hacerlo.

Los invito a que lean mi artículo La Paz Es Posible :(http://jmedinabarranco.blogspot.com.co/2016/06/la-paz-es-posible_86.html) y reflexionen sobre ello, porque la paz es posible si se trabaja sobre sí mismo para cambiar el programa cultural derivado de tantos años de violencia.

En el mundo somos muchos los que trabajamos por y para la paz. Como lo dije en mi artículo de junio de este año, LA PAZ ES POSIBLE, en Colombia y en cualquier lugar del mundo. Basta con que nos hagamos más humanos.

sábado, 16 de julio de 2016

PAZ Y NOVIOLENCIA: La Cultura Social

14 de julio de 2016, Breña Baja, Tenerife, España

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

La búsqueda de la Paz y la Noviolencia es una propuesta de transformación cultural para la construcción de una nueva civilización que considere la vida del planeta y las relaciones de los humanos con esa vida (que nos incluye también a todos nosotros los habitantes del planeta) de una manera diferente a como lo está haciendo nuestra barbarie civilizada contemporánea.

Esta barbarie civilizada que vivimos no es un fenómeno nuevo. Se pierde en la noche de los tiempos (Construyamos un mundo más Humano, Una Mirada a la Antigüedad, 01/07/2013 http://jmedinabarranco.blogspot.com.es/2013/07/introduccion-al-gnosticismo-una-mirada.html). Según la Teoría de la Evolución, el ser humano anatómicamente moderno[1] evolucionó de Homo sapiens en el Paleolítico medio, hace unos 200.000 años. Esta evolución señala la llegada de la subespecie Homo sapiens sapiens, es decir, la subespecie que nos incluye a todos los humanos modernos. En ese extenso período de desarrollo histórico hemos creado muchas culturas.

La antropología cultural enuncia que la cultura es el mecanismo humano de adaptación que determina la sobrevivencia de nuestra especie, que se construye social e históricamente. La cultura no es natural, es histórica, y su continuidad depende de su demostrada capacidad para permitir la vida humana en su entorno natural.

La cultura, entendida como un mecanismo de adaptación mediante el cual los seres humanos hemos construido histórica y socialmente nuestras capacidades de adaptación y sobrevivencia se remonta a la aparición de la raza, la sapiens-sapiens, como resultado de las fuerzas que impulsan el universo y, por lo tanto, las que impulsan la vida sobre el planeta. Unos creen que esas fuerzas son un dios y otros creen que fue una misteriosa "fuerza inflacionaria"[2]. Aun cuando esas teorías y creencias son interesantes, y pueden ser muy seductoras, a mí como coach espiritual me preocupa más el aquí y ahora y lo que podemos construir de futuro. No respondo a ¿De dónde vengo?, ni al problema y su origen, sino a ¿Adónde voy? ¿Qué puedo hacer con lo que tengo de ahora hacia un futuro mejor? Puestos a creer en algo, prefiero creer en una utopía de paz y noviolencia en un mundo mejor, más solidario y más justo, que en supuestas ‘verdaderas’ y ‘seguras’ respuestas al de dónde venimos.

Según algunos autores, en el proceso de adaptación, la vida se mueve en dos caminos que originan los procesos de supervivencia: conservación y cambio. Estas dos fuerzas motoras de la supervivencia viven en un continuo proceso complementario, al margen de que en determinadas circunstancias surjan acciones hegemónicas que facilitan o entorpecen el desarrollo de una de las dos fuerzas.

Este concepto de los procesos de conservación y desarrollo de la vida en una dualidad de dos fuerzas fundamentales opuestas y complementarias que utiliza la antropología contemporánea, tiene sus resonancias originales en las propuestas del taoísmo[3] y su famoso yin yang. Según esta idea, cada ser, objeto, fuerza, emoción o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. La lógica deductiva nos conduce a pensar que estas dos fuerzas hacen que nada exista en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier ser o cosa puede ser visto como su contrario si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Para la filosofía taoísta, estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente del desarrollo del universo y la vida después del tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen. Tao, tan antiguo pero que cristiano me suena: Dios y después ángeles y demonios. Y la ciencia, en vez de decir dios o tao, o lo que quiera que fuese nuestro origen, prefiere decir singularidad espaciotemporal. Y todos tan contentos, porque cada uno tiene una teoría que les explica lo que ignoran. Recuerdo de las enseñanzas de mis maestros gnósticos la frase de “Los ángeles piensan con cabeza de ángeles y los demonios piensan con cabeza de demonios, o la lógica no existe”. Los unos ven a los otros como los malos, y viceversa: ying y yang. Fuerzas opuestas y complementarias. 

La construcción de la cultura nos determina como seres de una forma distinta a los demás seres vivos. No me cansaré de repetirlo, porque es necesario que lo tengamos claro, que de acuerdo a la clasificación científica los humanos modernos somos una subespecie de la familia de los homínidos, y nuestros parientes cercanos en esa clasificación son los orangutanes, gorilas, chimpancés y bonobos. La ciencia considera que somos unos animales, pero diferentes a nuestros parientes por nuestra mayor capacidad de construcción de cultura, gracias a las estructuras diferenciales de nuestra biología[4].

Sin embargo, la cultura construida por una comunidad humana no se convierte en una característica natural, como algo inmanente a los seres humanos que nazcan de ella, sino que es una necesidad de hacer una construcción cultural para poder sobrevivir, porque sin ella no se garantiza la vida de esa comunidad particular y que debe ser transmitida culturalmente, porque al no ser una  cualidad inherente al ser humano no se hereda genéticamente. Para entendernos sencillamente: el hijo de un chino que lo educan en Estados Unidos según la cultura de ese país, racialmente será chino pero culturalmente será estadounidense, y etc., etc.

Esto hace que las características de la cultura sean adaptables, cambiantes y definidas por seres históricos y procesos concretos en condiciones medioambientales y frente a retos específicos. En este sentido, podemos afirmar que la cultura es el conjunto de construcciones históricas y sociales que han posibilitado la supervivencia de nuestra raza.

Y, como dije en La Gran Transformación (Construyamos un mundo más Humano, 25/03/2014 http://jmedinabarranco.blogspot.com.es/2014/03/la-gran-transformacion.html ) el gran reto de la cultura humana es lograr la TRANSFORMACIÓN del homínido que nacemos, o del animal humano[5] en que nos llegamos a convertir, en ser humano mediante un proceso educativo que comparo con los procesos de metamorfosis existentes en la naturaleza que generalmente están acompañados de cambios en hábitat y comportamiento de los animales que lo sufren. El proceso educativo sería la crisálida del homínido, una larva por decirlo así, y de ese proceso educativo saldría el ser humano. El nuevo ser que surge de la metamorfosis.


En el proceso histórico del desarrollo de nuestra cultura, en el tiempo milenario aquel de los indoeuropeos, el tránsito del nomadismo al sedentarismo significó una revolución cultural, configurándose el sedentarismo como una cultura hegemónica sostenida en construcciones sociales que no han sido modificadas fundamentalmente y que hoy sobreviven en nuestros pueblos, ciudades y megaciudades actuales. Y la base de las relaciones de esas estructuras sedentarias lamentablemente tuvo entre sus conceptos culturales fundacionales acciones de violencia.


¡Generar una nueva revolución cultural que cambie las relaciones violentas de nuestra civilización por relaciones no violentas, que generen paz, es construir un mundo más humano!

[1] En paleoantropología, el término humano anatómicamente moderno u Homo sapiens anatómicamente moderno hace referencia a miembros de la especie Homo sapiens con una apariencia física consistente con los fenotipos de los seres humanos modernos.
[2] En la comunidad científica tiene una gran aceptación la teoría inflacionaria, propuesta por Alan Guth y Andrei Linde en los años ochenta para intentar explicar los primeros instantes del universo.
[3] El taoísmo es un sistema de filosofía de Vida basado primordialmente en el Tao Te King que la tradición atribuye al filósofo chino Lao Tsé, que vivió durante el siglo VI a. C.
[4] Las religiones consideran que somos creación de Dios, pero vaya criaturas las que hizo. La verdad es lo que digo: no sabemos nada con certeza sobre nuestro origen. Cada quien cree lo que quiere creer.
[5] Siempre que hablo de “animal humano” para referirme a nuestra especie, es equivalente al término inhumano que se utiliza para hablar de comportamientos crueles o faltos de humanidad, donde ‘humanidad’ se define como: Sensibilidad, compasión, bondad hacia los semejantes, empatía, amor al prójimo.

viernes, 24 de junio de 2016

LA PAZ ES POSIBLE

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

24 de junio de 2016, Breña Baja, Santa Cruz de Tenerife, España


 La paz es mucho más que una firma, pero podemos estar ante el principio del fin del conflicto que Colombia ha vivido durante 52 años. Nos alegramos si así sucede, para beneficio del pueblo colombiano y todos los que somos amantes de la paz en el mundo.

En relación al referéndum recién celebrado en el Reino Unido (UK) para salir de la Unión Europea (UE), escribió el día antes el escritor y periodista político británico John Carlin (n. en 1956) un artículo que denominó Nacionalista europeo, independentista inglés La UE ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una época dorada (http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/23/actualidad/1466700154_592587.html).

Decía en su artículo:

<<A fin de cuentas se trata de elegir entre una visión de nuestro país definida por el espíritu
mezquino, ignorante, retrógrado, xenófobo y tribal que encarna Nigel Farage, el líder del partido derechista UKIP (UK Independence Party), o por la generosidad, el sentido común y la solidaridad con un proyecto que desde su fundación ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una época dorada de paz y prosperidad sin precedentes. Que muchos querríamos más, que hoy estemos viviendo una crisis de expectativas es otra cosa. No quita que las dos últimas generaciones de europeos occidentales hemos sido los seres más afortunados en la historia de la humanidad>>

   La Ciudad Holandesa de Rotterdam tras el bombardeo  Alemán 
 (1940)
Yo he tenido la fortuna de vivir con esa segunda generación europea de españoles que ingresamos a la UE hace 31 años y que me ha hecho presenciar lo afortunado que es el ser humano que vive en un mundo en paz y prosperidad, y comparar con otras regiones del mundo, particularmente Latino América que he recorrido desde la Argentina hasta México en 40 años de andanzas hablando sobre la necesidad de despertar conciencia para la paz y la no violencia. No olvidemos que  entre 1939 y 1945 Europa, junto con el resto de mundo, vivió la Segunda Guerra Mundial que ha sido el conflicto más mortífero en la historia de la humanidad, con un resultado final de entre 60 y 70 millones de víctimas. España vivió previamente su guerra civil de Julio de 1936 a abril de 1939 que produjo unos 300.000 muertos en menos de tres años. En ambos casos, guerra civil y guerra mundial, con la destrucción total de múltiples infraestructuras y ciudades que quedaron arrasadas. El conflicto armado de Colombia ha producido en 52 años en torno a 200.000 muertos y en torno a 5.000.000 de desplazados. Y aun cuando se destruyeron muchas infraestructuras, no ha habido ciudades arrasadas porque ese conflicto no se ha desarrollado en las grandes ciudades, que son muchas y hermosas.

El Comandante del Ejército , General Jorge Enrique Mora
Rangel inspecciona las filas de guerrilleros muertos en Hato
Corozal (Casanare), el 1 de septiembre de 1999.
A pesar del tremendo sufrimiento vivido por el pueblo colombiano, y que yo he compartido en sufrimientos de familiares y conocidos, y del dolor y rabia que a muchos pueda producir un conflicto tan prolongado, siendo humanos y racionales hemos de reconocer que la cantidad de muertos y los daños materiales no son comparables con la devastación que sufrió Europa.
Rotterdam Actual
El nacimiento de la UE ha conducido a esa paz y prosperidad que John Carlin defiende en su artículo. A muchos amigos y desconocidos les he dicho que si Europa pudo levantarse, innegablemente con la ayuda de Estados Unidos pero con el esfuerzo de los europeos, de semejante devastación que sufrió, qué no podría hacer Colombia a favor de la paz y prosperidad de su pueblo, que parte relativamente desde mejor posición que los europeos y españoles en 1945. Y ese futuro sería más próspero si Sudamérica se une en un gran proyecto social de convivencia entre todas sus naciones.

Eso sería trabajar en favor de un mundo más humano. Para lograrlo, es necesario EDUCAR PARA LA PAZ a nuestros pueblos latinoamericanos, partiendo de proyectos como el que nosotros estamos liderando junto con un amplio grupo de hombre y mujeres de buena voluntad en varias naciones del continente.

LA PAZ ES POSIBLE

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

24 de junio de 2016, Breña Baja, Santa Cruz de Tenerife, España


 La paz es mucho más que una firma, pero podemos estar ante el principio del fin del conflicto que Colombia ha vivido durante 52 años. Nos alegramos si así sucede, para beneficio del pueblo colombiano y todos los que somos amantes de la paz en el mundo.

En relación al referéndum recién celebrado en el Reino Unido (UK) para salir de la Unión Europea (UE), escribió el día antes el escritor y periodista político británico John Carlin (n. en 1956) un artículo que denominó Nacionalista europeo, independentista inglés La UE ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una época dorada (http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/23/actualidad/1466700154_592587.html).

Decía en su artículo:

<<A fin de cuentas se trata de elegir entre una visión de nuestro país definida por el espíritu
mezquino, ignorante, retrógrado, xenófobo y tribal que encarna Nigel Farage, el líder del partido derechista UKIP (UK Independence Party), o por la generosidad, el sentido común y la solidaridad con un proyecto que desde su fundación ha contribuido enormemente a que hayamos gozado en Europa de una época dorada de paz y prosperidad sin precedentes. Que muchos querríamos más, que hoy estemos viviendo una crisis de expectativas es otra cosa. No quita que las dos últimas generaciones de europeos occidentales hemos sido los seres más afortunados en la historia de la humanidad>>

Yo he tenido la fortuna de vivir con esa segunda generación europea de españoles que ingresamos a la UE hace 31 años y que me ha hecho presenciar lo afortunado que es el ser humano que vive en un mundo en paz y prosperidad, y comparar con otras regiones del mundo, particularmente Latino América que he recorrido desde la Argentina hasta México en 40 años de andanzas hablando sobre la necesidad de despertar conciencia para la paz y la no violencia. No olvidemos que  entre 1939 y 1945 Europa, junto con el resto de mundo, vivió la Segunda Guerra Mundial que ha sido el conflicto más
mortífero en la historia de la humanidad, con un resultado final de entre 60 y 70 millones de víctimas. España vivió previamente su guerra civil de Julio de 1936 a abril de 1939 que produjo unos 300.000 muertos en menos de tres años. En ambos casos, guerra civil y guerra mundial, con la destrucción total de múltiples infraestructuras y ciudades que quedaron arrasadas. El conflicto armado de Colombia ha producido en 52 años en torno a 200.000 muertos y en torno a 5.000.000 de desplazados. Y aun cuando se destruyeron muchas infraestructuras, no ha habido ciudades arrasadas porque ese conflicto no se ha desarrollado en las grandes ciudades, que son muchas y hermosas.

A pesar del tremendo sufrimiento vivido por el pueblo colombiano, y que yo he compartido en sufrimientos de familiares y conocidos, y del dolor y rabia que a muchos pueda producir un conflicto tan prolongado, siendo humanos y racionales hemos de reconocer que la cantidad de muertos y los daños materiales no son comparables con la devastación que sufrió Europa.

El nacimiento de la UE ha conducido a esa paz y prosperidad que John Carlin defiende en su artículo. A muchos amigos y
desconocidos les he dicho que si Europa pudo levantarse, innegablemente con la ayuda de Estados Unidos pero con el esfuerzo de los europeos, de semejante devastación que sufrió, qué no podría hacer Colombia a favor de la paz y prosperidad de su pueblo, que parte relativamente desde mejor posición que los europeos y españoles en 1945.

 Y ese futuro sería más próspero si Sudamérica se une en un gran proyecto social de convivencia entre todas sus naciones.
Eso sería trabajar en favor de un mundo más humano. Para lograrlo, es necesario EDUCAR PARA LA PAZ a nuestros pueblos latinoamericanos, partiendo de proyectos como el que nosotros estamos liderando junto con un amplio grupo de hombre y mujeres de buena voluntad en varias naciones del continente.

lunes, 30 de mayo de 2016

PSICOLOGÍA REVOLUCIONARIA

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

30 de mayo de 2016, Breña Baja, S/C de Tenerife, España

En el año 1976 estudié el recién publicado mensaje de navidad de Samael Aun Weor conocido como “Sicología Revolucionaria”, que luego ha sido reeditado muchas veces como “Tratado de Psicología Revolucionaria”, en su particular estilo crudo por ese excesivo realismo que resulta extremadamente desagradable a muchas personas, que se sienten ofendidas con sus frases contenidas desde su primer capítulo, El Nivel del Ser, tales como: <<Incuestionablemente el pobre "Animal Intelectual" equivocadamente llamado hombre, no sólo no sabe, sino además ni siquiera sabe que no sabe...>> o esa otra de <<El "Animal Racional" es tonto en un ciento por ciento; piensa de sí mismo lo mejor; cree que puede desenvolverse maravillosamente mediante el KINDERGARTEN, Manuales de Urbanidad, Primarias, Bachillerato, Universidad, el buen prestigio del papá, etc., etc., etc....>> y muchas otras del mismo estilo.

Estilos aparte, si nos centramos en el contenido del capítulo encontraremos afirmaciones contundentes que podrían llamarse ‘verdades como puños’, afirmaciones que reflejan, a mi entender, tanto dolor y tristeza como desesperación por la situación social de la humanidad.

Cuando uno lee noticias de repercusión internacional como el terriblemente reciente suceso de Río de Janeiro sobre la brutal violación de una joven de 16 años,
bestiales agresores se complacen en subirla a las redes sociales, indigna a todo ser humano que, como yo, considera que es un insulto a la dignidad humana decir que ‘unos 30 hombres’ violaron a una joven. Me niego a aceptar que se les pueda considerar ‘hombres’ en el sentido de ser racional perteneciente al género humano, caracterizado por su inteligencia y lenguaje articulado: realmente los considero machos de mamíferos racionales, animales equivocadamente llamados hombres, o cualquier otro calificativo que resalte su animalidad y no su humanidad, ni inteligencia, ni hombría, porque no tienen ni una ni otra y porque un hombre como yo soy o los concibo serían incapaces de cometer semejante atropello salvaje sobre una joven, una mujer, un niño, un anciano ni ningún otro ser, humano o no, no sólo por diversión perversa y degenerada sino bajo ninguna otra circunstancia. El ser humano, por definición, es caritativo, solidario y bondadoso; por el contrario, el animal humano no está claramente definido pero la violación es claramente uno de sus comportamientos. También me indigna cuando se encuentran titulares de prensa como Una nueva versión de la barbarie brasileña | Internacional | EL PAÍS, porque parece que fuese un problema brasileño y no una triste realidad mundial la existencia de estos humanoides que pueblan la faz de nuestro adolorido planeta y que son semejantes en su forma, no en su comportamiento, a los humanos que tenemos que sufrir su presencia en nuestras sociedades.

Como dice Samael Aun Weor, <<Este siglo XX con toda su espectacularidad, guerras, prostitución, sodomía mundial, degeneración sexual, drogas, alcohol, crueldad exorbitante, perversidad extrema, monstruosidad, etc., etc., etc., es el espejo en que debemos mirarnos; no existe pues razón de peso como para jactarnos de haber llegado a una etapa superior de desarrollo...>> Y en el siglo XXI no ha cambiado la situación. ¿Cómo humanizamos a esta especie mezclada que somos? ¿Cómo acabamos al animal que hay en nosotros y entre nosotros?

En los años que llevo acompañando a la gente en su desarrollo personal, me doy cuenta que hay ciertas preguntas que nos planteamos prácticamente todos en algún momento de nuestra vida y que persisten desde la Antigüedad. Tendemos a darle vueltas a cuestiones del tipo ¿Quién soy yo realmente? ¿De dónde venimos?, ¿Para dónde vamos?, ¿Para qué vivimos?, ¿Por qué vivimos? ... y, cada vez con más frecuencia, preguntas como ¿Cómo puedo llegar a ser yo mismo? Esta última pregunta nos ha metido de lleno en lo que podemos llamar la era del autoconocimiento.

Hoy día vivimos tan pendientes de nosotros mismos, de la dedicación a uno mismo, del conocimiento de sí mismo, que podemos caer en una trampa. Aun cuando es cierto que el antiguo consejo griego del templo de Delfos se puede seguir aplicando siglos después hasta llegar a nuestros días, donde todavía es válido, no es menos cierto que el mundo del marketing y el capitalismo puede llevarnos, como de hecho ha ocurrido, por caminos equivocados. Llevamos unos años inmersos en una floreciente industria destinada al autoconocimiento. Existe un amplio y floreciente mercado para cuestiones más trascendentales, psicológicas o espirituales que nunca antes. Y quizá, sin darse cuenta, las personas se convierten en un adicto más a esa sociedad entregada al materialismo espiritualista que promueve un pseudo-autoconocimiento:

Cuando tienes molestias psicológicas, psíquicas o espirituales, vas al médico o al psiquiatra, al psicólogo o al astrólogo. Te haces de una religión, estudias filosofía, te das un empujoncito con las técnicas de liberación emocional (EFT). Equilibras los chacras; pruebas con reflexología, acupuntura, con iridología o luces y cristales. Meditas, recitas mantras, bebes té verde, aprendes programación neurolingüística (PNL), trabajas visualizaciones, estudias psicología, 



haces yoga, pruebas lo psicodélico, cambias la nutrición, llevas joyas psíquicas. Expandes la conciencia, haces bio-feedback, terapia Gestalt. Visitas a tu homeópata, quiropráctico y naturópata. Pruebas la kinesiología, descubres tu enea-tipo, equilibras tus meridianos. Te reúnes con chamanes, practicas el feng shui. Encuentras a un nuevo gurú. Escribes afirmaciones. Pruebas el re-nacer. Tiras el I Ching, el tarot. Estudias y practicas zen. Aprendes magia. Te preparas para la muerte. Vas a retiros. Ayunas…

¿Te reconoces en alguno de estos puntos? Nada de eso está mal, pero la gente amargada, cansada de sufrir, tiene ganas de cambiar, voltear la página de su historia...  Y entran en prácticas que les seducen, en el mundo de la serenidad momentánea, de las prácticas del mundo exterior. <<¡Pobres gentes! Quieren cambiar y no saben cómo; no conocen el procedimiento; están metidas en un callejón sin salida... Lo que les sucedió ayer les sucede hoy y les sucederá mañana; repiten siempre los mismos errores y no aprenden las lecciones de la vida ni a cañonazos. Todas las cosas se repiten en su propia vida; dicen las mismas cosas, hacen las mismas cosas, lamentan las mismas cosas>>...

La psicología revolucionaria nos enseña que esta repetición aburridora de dramas, comedias y tragedias, continuará mientras carguemos en nuestro interior los elementos indeseables de la Ira, Codicia, Lujuria, Envidia, Orgullo, Pereza, Gula, etc., etc., etc.... Aquí es donde entre en acción el verdadero conocimiento de sí mismo. Debemos aprender a observar nuestros propios pensamientos, sentimientos y acciones para descubrir los elementos indeseables que cargamos en nuestro psiquismo, fruto de la realidad social que nos rodea y que contamina nuestra alma humana de actitudes animalescas propias de esos humanoides engendradores de violencias y degradaciones de todo tipo, que nos convierten en homínidos racionales que perdemos el rumbo humano en nuestro desarrollo del ser. No seamos hipócritas, fariseos, y limpiemos lo de dentro de nosotros mismos.


SÓLO ELIMINANDO LOS ELEMENTOS INDESEABLES DE NUESTRO PSIQUISMO, INICIAMOS EL CAMINO DE HUMANIZACIÓN