Por Jorge Eduardo Medina Barranco
Breña Baja, Santa Cruz de Tenerife, España, 13 de junio de
2021
En las redes gnósticas, y fuera de ellas, hay muchas
personas que les gusta poner frases del maestro Samael Aun Weor tomadas de sus
libros o conferencias sin ningún comentario, como si fuesen nuevos versículos
bíblicos o coránicos.
[1]Y si la intensión de sus críticos no fuese atacar la gnosis,
lo más que podrían afirmar es que Víctor Gómez era homófobo. Pero escribió 60
libros y creo que es la única frase que dedica a los homosexuales .
Otras personas, al contrario, usan equivocadamente esa frase
del maestro Samael como doctrina gnóstica. Justamente en nuestras redes hubo un
amigo de la red que usó esa frase como Educación para la nueva era.
Una amiga le respondió comentando el uso indiscriminado y
fuera de contexto de frases escritas por el maestro Samael. A este amigo le
gusta reproducir frases de libros del maestro Samael sin comentar, así que
podemos suponer que las reproduce porque él simpatiza de alguna manera con lo
dicho en esa frase. Como se puede suponer lo mismo de todas las otras personas
de nuestro grupo que ponen frases, célebres o no.
Yo comente en esa red diciendo:
El aprendizaje del gnosticismo es como el de cualquier otro
aprendizaje, ejercitando el entendimiento para comprender una cosa: primero se
estudia y luego se practica hasta conseguir la experiencia que genera
comprensión.
Empiezo por un análisis del término VICIO: excesiva afición
a algo, especialmente si es perjudicial: el vicio de beber. Mala costumbre,
hábito de obrar mal: tiene el vicio de mentir. Y el término PUDRIR: es
corromper, provocar la degradación de alguien. La humanidad tiene muchos
vicios, algunos peores que la homosexualidad según mi criterio de valores. Lean
el prontuario de “delitos” de tráficos internacionales en cualquier periódico
del mundo y verán la degradación de la humanidad actual. Y el maestro señala
directamente a la homosexualidad como el vicio responsable de la pudrición de
las raíces de esta humanidad, aun cuando la mayoría de esos pervertidos que
corrompen a la humanidad no sean homosexuales.
¿Por qué el maestro Samael se refiere expresamente a la
homosexualidad y no a la gran lista de vicios del mundo? En su época la
homosexualidad era vista como algo terriblemente perverso. Hoy día los
conceptos están cambiado. En la época del maestro Samael probablemente no
existía ningún tipo de estudio serio sobre el comportamiento homosexual, y
hasta estaba bien visto despreciar a los homosexuales.
En varias regiones del mundo se ha perseguido y aún se
persigue o discrimina la orientación homosexual, apoyándose en prejuicios y
creencias, fundamentalmente de base religiosa. Es el caso de las ortodoxias
cristiana, judía e islámica. En esa corriente se alinea el maestro Samael, pero
usando una expresión agresiva que viene a decir algo así como que los
homosexuales son los causantes de tanta perversidad de la humanidad.
Por el contrario, yo fui testigo de la ayuda del maestro Gargha Kuichines (Julio Medina Vizcaíno, 1908, Usiacurí, Atlántico, Colombia – 1994, Ciénaga, Magdalena, Colombia) a homosexuales que querían entender su propio problema y el rechazo social. Amorosamente les acompañó espiritualmente durante un determinado período de sus vidas, y nunca se refirió a la homosexualidad como una degradación humana pudridora de las raíces de la raza.
Yo considero que es más deleznable, despreciable y corrupto
el comportamiento machista (actitud y comportamiento de quien discrimina o
minusvalora a las mujeres por considerarlas inferiores respecto de los hombres)
y misógino (aversión o rechazo hacia las mujeres) que termina maltratándolas,
violándolas y hasta asesinándolas impunemente por el “delito” de ser mujeres. Y
existen en el mundo cientos de millones más machistas y machistas misóginos que
homosexuales.
Por contraposición, no conozco que haya existido en la
historia pasada un solo país o cultura que haya penalizado legalmente el
machismo o la misoginia no asesina. Me gustaría saberlo. Pero esos comportamientos
machistas y misóginos detestables son considerados “normales”, y es lo que
algunas corrientes ideológicas contemporáneas han catalogado como
“patriarcales”, y combaten hasta el uso de la palabra en la sociedad.
Afortunadamente, las cosas están cambiando.
Actualmente en América Latina es alto el porcentaje de personas que consideran que la homosexualidad debería ser aceptada en la sociedad. De hecho la homosexualidad ya no se considera delito en países como Argentina, Chile, Cuba, Ecuador, Panamá, Puerto Rico, Colombia, Costa Rica, México, Brasil, Perú, Venezuela y Bolivia, e incluso en Chile, Brasil, México, Ecuador, Colombia y Uruguay, además de la protección otorgada contra las agresiones y discriminaciones, se ha buscado la manera de que los homosexuales tengan derecho a convivir juntos como pareja por medio de la unión civil legalmente equivalente al matrimonio.
Y cada vez más en más países del mundo se está penalizando
legalmente el machismo y la misoginia de palabra y de hecho. Pero ese es otro
análisis diferente. Sigamos con la homosexualidad.
El rechazo a la homosexualidad y a los homosexuales, llamado
homofobia, es una opinión del maestro Samael en cierta época de su vida y no es
doctrina gnóstica ni educación fundamental para la era de acuario, a pesar de
que él haya hecho un comentario homófobo. Nuestra doctrina gnóstica enseña que
su finalidad es LA FELICIDAD DE LOS SERES HUMANOS, SIN DISTINCION. La
civilización contemporánea está llena de muchos vicios pero nosotros decimos
“Que todos los seres sean felices, que todos los seres sean dichosos, que todos
los seres sean en paz”.
¿Tendríamos que agregarle a esa frase una lista de vicios
que haría supuestamente “no seres” a las personas que los tienen?
Tendríamos que decir algo así como: Todos felices, menos los
homosexuales, soberbios, iracundos, avaros, envidiosos, lujuriosos, golosos,
perezosos, adúlteros, criminales de lesa humanidad, narcotraficantes,
terroristas, etc., etc., etc., porque todos son o viciosos o pervertidos o
pervertidores y dañadores de la humanidad. Todos, desde la perspectiva de
algunos religiosos, comportamientos podridos merecedores del infierno. Según mi
perspectiva, comportamientos merecedores de un proceso reeducativo que les abra
las puertas de una mejor humanización, pagando, eso sí, los delitos que
hubiesen cometido en el ejercicio de sus vicios personas.
Y después de eliminar de la lista de seres a los viciosos,
¿que nos quedaría entonces en la lista de los que sí tendrían el atributo de
ser? Los engreídos que se creen el grupo élite de los que se van a salvar.
Yo no considero personalmente que esa frase del maestro
Samael Aun Weor sea Educación Fundamental para la Era de Acuario. Nosotros los
gnósticos de mi linaje, que se inicia con el mismo maestro Samael Aun Weor,
trabajamos por la regeneración del ser humano. Esa doctrina gnóstica que él me
enseñó fue «mírate fijamente, sin pestañear, mírate a ti mismo, se tu propio
juez; haz examen de conciencia, observa tus defectos y corrígete», no dice
“erígete en juez de los demás, condénalos y mándalos al infierno”; y solo porque
el maestro escribió frases de condena y desprecio (y después dijo que había
sido encerrado en la cárcel de la mente por ese comportamiento suyo respecto a
diversos temas), no podemos convertir en doctrina cualquier afirmación de
nuestro maestro Samael Aun Weor.
OBSERVA TUS DEFECTOS Y CORRÍGETE, esa es la Educación
Fundamental para la Era de Acuario en nuestra Escuela Gnóstica de Educación
Continua. Como maestro gnóstico, ese camino les invito a recorrer.
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[1] Recordemos que eso lo dijo en una época en que no estaba
mal visto ser despectivo con los homosexuales, y que los “hipócritas fariseos”
se rasguen sus vestiduras por lo dicho por Víctor Gómez en el pasado (sin combatir
a todos los que en aquel entonces lo hacían, y en la actualidad a los
cristianos, judíos, musulmanes, anti homosexuales y todos los que siguen con
una visión discriminatoria hacia todos los que no sean como ellos), es
deshonesto y muestra la tontería de los que lo hacen, además de ser una actitud
difamatoria que tal vez hacen con el propósito de asustar y alejar al que llega
a estas enseñanzas, cuando resultan ser sólo opiniones sin valor alguno.