jueves, 11 de junio de 2020

GNOSTICISMO, LA SABIDURÍA DEL CONOCIMIENTO INTERNO 5

Por Jorge Eduardo Medina Barranco

Bucaramanga, 11 de junio de 2020

Hermann Karl Hesse (Calw, Reino de Wurtemberg, Imperio alemán, 1877 – Montagnola, Suiza, 1962) fue un poeta, novelista y pintor suizo nacido en Alemania. En sus obras explora la búsqueda individual de autenticidad, autoconocimiento y espiritualidad. En 1946, recibió el Premio Nobel de Literatura.

Hesse creció en un hogar pietista de Suabia, un movimiento dentro del luteranismo que combina su énfasis en la doctrina bíblica con el reformado de la piedad individual y el vivir una vida cristiana vigorosa, con la tendencia de aislar a los creyentes en grupos pequeños y profundamente reflexivos. Desde la infancia, Hesse fue testarudo y difícil de manejar para su familia. En una carta a su esposo, la madre de Hermann, Marie, escribió: "El pequeño tiene una vida en él, una fuerza increíble, una voluntad poderosa y, para sus cuatro años de edad, una mente verdaderamente asombrosa. ¿Cómo puede expresar todo eso? Realmente roe mi vida esta lucha interna contra su temperamento tiránico, su apasionada turbulencia [...] Dios debe dar forma a este espíritu orgulloso, entonces se convertirá en algo noble y magnífico, pero me estremezco al pensar en lo joven y apasionado que es, y en la persona que podría convertirse en caso de que su educación sea falsa o débil"

El abuelo de Hermann Hesse, Hermann Gundert, misionero, erudito, lingüista, doctor en filología y fluido en varios idiomas, alentó al niño a leer ampliamente, dándole acceso a su biblioteca, que estaba llena de obras de literatura mundial. Todo esto inculcó una sensación en Hermann Hesse de que era ciudadano del mundo. El joven Hesse compartió un amor por la música con su madre, la que además escribió poesía, y su padre era conocido por su uso del lenguaje tanto en sus sermones como en la escritura de tratados religiosos.
En 1881, cuando Hesse tenía cuatro años, la familia se mudó a Basilea, Suiza, donde permaneció durante seis años y luego regresó a Calw, su ciudad natal. Entre 1889-1890 decidió que quería ser escritor. Después de una exitosa asistencia a la Escuela Latina en Göppingen, Hesse ingresó al Seminario Teológico Evangélico de la Abadía de Maulbronn en 1891, y allí se mostró su carácter rebelde y comenzó su paso por varias instituciones y escuelas y experimentó intensos conflictos con sus padres, quienes finalmente lo colocaron en una institución mental en Stetten-im-Remstal, y luego en una institución para niños en Basilea. Como a los 16 años comenzó a pasar tiempo con compañeros mayores y comenzó a beber y fumar.

En 1895, Hesse comenzó a trabajar en la librería en Tübingen, que tenía una colección especializada en teología, filología y derecho. Después del final de cada jornada laboral, Hesse leía y pasó sus largos y ociosos domingos con libros en lugar de amigos. Hesse estudió escritos teológicos y luego Goethe, Lessing, Schiller y la mitología griega. También comenzó a leer a Nietzsche en 1895, y las ideas de ese filósofo tuvieron una gran influencia en la mayoría de sus novelas. Posteriormente, estudió las obras de los románticos alemanes, incluyendo gran parte del trabajo de Clemens Brentano, Joseph Freiherr von Eichendorff, Friedrich Hölderlin y Novalis.

Desde finales de 1899, Hesse trabajó en una distinguida librería de antigüedades en Basilea y, a través de contactos familiares, se quedó con familias intelectuales de Basilea, entorno que le ofreció ricos estímulos para sus actividades, y se desarrolló aún más espiritual y artísticamente.

Basilea ofreció al solitario Hesse mejores recursos y muchas oportunidades para retirarse a una vida privada de autoexploración artística, viajes y andanzas. Este cambio de vida le ofreció más oportunidades de publicar poemas y pequeños textos literarios en revistas que empezaron a proporcionarle honorarios. En 1904 se publica su primera novela: Peter Camenzind. Esta obra contiene una serie de temas que preocuparon al autor en muchas de sus obras posteriores, especialmente la búsqueda individual de una identidad espiritual y física única en medio de la vorágine de la naturaleza y la civilización moderna, y el papel del arte en la formación de una identidad personal. La novela se hizo tan popular en toda Alemania que Sigmund Freud elogió a Peter Camenzind como una de sus lecturas favoritas, y la popularidad le ofreció a Hesse la oportunidad de ganarse la vida como escritor.

Este cambio personal le permitió formar familia y establecerse en Gaienhofen, en el lago Constanza, lugar donde se despertó el interés de Hesse por el budismo. En esa misma época, Arthur Schopenhauer y sus ideas filosóficas comenzaron a recibir atención nuevamente de Hesse, que además descubrió la teosofía. Schopenhauer y la teosofía renovaron el interés de Hesse en la India, y en 1911 se fue para un largo viaje a Sri Lanka e Indonesia. También visitó Sumatra, Borneo y Birmania, pero no encontró la inspiración espiritual o religiosa que estaba buscando; sin embargo, el viaje causó una fuerte impresión en su obra literaria futura.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, en 1914, Hesse se presentó como voluntario en la embajada de Alemania. Sin embargo, declarado no apto para el combate fue destinado en Berna para asistir a prisioneros de guerra en su embajada. Desde allí, Hesse hizo un llamamiento a sus colegas intelectuales para que no cayeran en la locura y el odio nacionalistas:

<<El amor es más grande que el odio, la comprensión más grande que la ira, la paz más noble que la guerra, esto es exactamente lo que esta impía Guerra Mundial debería grabar en nuestros recuerdos, como nunca antes>>

Este escrito lo lanzó en medio de un conflicto político serio, atacado por la prensa alemana, y distanciado de viejos amigos.

Esta controversia pública aún no se había resuelto cuando una crisis personal más profunda afectó a Hesse: murió su padre en 1916, su hijo Martin sufrió una grave enfermedad y su esposa sufrió de esquizofrenia. Se vio obligado a abandonar su servicio militar y comenzar a recibir psicoterapia, lo cual le generó interés en el psicoanálisis y llegó a conocer personalmente a Carl Jung, acontecimientos de su vida que lo llevaron a nuevas alturas creativas y escribió su novela Demian; esta novela, publicada en 1919, se centra en el crecimiento psicológico y moral del protagonista, desde la juventud hasta la edad adulta, período de vida en el que el cambio de carácter es importante.

La trama de la novela Demian trata sobre la vida de ‘Emil Sinclair’, un niño criado en un hogar de clase media, en medio de un mundo de luz y de ilusión. Toda la existencia de Sinclair puede resumirse como una lucha entre dos mundos: el mundo de la ilusión (relacionado con el concepto hindú de maya) y el mundo real, el mundo de la verdad espiritual. Acompañado y motivado por su misterioso compañero de clase y amigo ‘Max Demian’, se aleja de las ilusiones y se rebela contra los ideales superficiales del mundo de las apariencias, para finalmente despertar en una realización de sí mismo.

Demian está repleto de arquetipos y simbolismos junguianos de influencia gnóstica. Uno de los temas principales es el de la dualidad: la existencia de fuerzas opuestas y la idea de que ambas son necesarias, lo cual se refiere a la idea del gnosticismo, particularmente al dios Abraxas [1] , que muestra la influencia de la psicología de Carl Jung en esta  obra de Hesse que, según él, es una historia de individuación en un proceso de apertura a la inconsciencia hasta lograr la Iluminación espiritual. La deidad gnóstica Abraxas se usa como símbolo en todo el texto de la novela, representando la interdependencia de todo lo que es bueno y malo en el mundo. Demian argumenta que Jehová, el Dios judío, es solo una cara de Dios; gobierna sobre todo lo que es saludable, pero hay otra mitad del mundo que no es saludable, y un Dios Infinito, Abraxas, debe abarcar ambos aspectos del mundo.

En 1922, Hesse presentó su novela Siddhartha, una novela que trata sobre el viaje espiritual de autodescubrimiento de un hombre llamado Siddhartha durante el tiempo del Buda Gautama, obra que mostró el amor por la cultura india y la filosofía budista que Hesse había desarrollado anteriormente y que se convirtió en una de las novelas occidentales más populares ambientadas en la India. En 1923, Hesse recibió la ciudadanía suiza. En 1946 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura. En su tiempo, Hesse fue un autor popular e influyente solo en el mundo de habla alemana; la fama mundial solo llegó más tarde, cuando las obras de Hesse se convirtieron repentinamente en éxitos de ventas en los Estados Unidos debido a su asociación con algunos de los temas populares del movimiento hippie de los años sesenta. En particular, el tema de la búsqueda de la iluminación de Siddhartha, Viaje al Este, y Narciso y Goldmund. En un espacio de solo unos pocos años, Hesse se convirtió en el autor europeo más leído y traducido del siglo XX, y especialmente popular entre los lectores jóvenes, una tendencia que continúa hoy. De las obras de Hesse, en la década de 1980 leí Siddhartha, además de Lobo Estepario, una obra a la que se le atribuyeron ciertos aspectos psicodélicos.

________________________________________

[1] Abraxas era el nombre del Dios que representaba el Bien y el Mal, un término usado por los basilideanos, una comunidad gnóstica del siglo II, para nombrar al Ser Supremo. El fundador de los basilideanos fue el maestro gnóstico Basílides de Alejandría; sus discípulos decían que había recibido sus doctrinas esotéricas de Claucias, un apóstol de San Pedro


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Como norma no suelo tomar en cuenta, ni contestar, los comentarios anónimos, porque lo que sucede, de acuerdo a algunas sentencias jurídicas, es que las publicaciones asumen la responsabilidad de los comentarios anónimos prácticamente como si fuesen propios; y ya se sabe todo lo que sucede en el mundo de los anonimatos (bulling cibernético, por ejemplo). De todas maneras, considerando que las opiniones vertidas en los comentarios son de exclusiva responsabilidad de los lectores que las emiten y como medio de comunicación con ellos, responderé algunos anónimos bajo los siguientes supuestos:

1. Me reservo el derecho de no publicar, remover o editar cualquier comentario que, en mi sola discreción, sea inaceptable. Estos podrían incluir ataques personales, palabras soeces y otros comentarios que me parezcan objetables por cualquier motivo. También me reservo el derecho de editar los comentarios para corregir errores de gramática u ortográficos detectados por mí o algún amable lector.

2. El tamaño máximo permitido de los comentarios es de 800 caracteres.
El sistema de comentarios tiene una “cola de moderación”, es decir, son revisados previamente a ser publicados y, generalmente, con un comentario mío. Como este trabajo lo hago sólo, pido paciencia cuando los comentarios no son publicados inmediatamente.

Esperamos que las disposiciones presentadas tengan una buena acogida en nuestros lectores y comentaristas, recalcando que éstas están elaboradas con las mejores intenciones para mejorar la calidad de nuestra comunicación.