Por Jorge Eduardo Medina Barranco
Bucaramanga, Colombia, 28 de abril de 2018
El primer componente de Yo Soy en el mundo es mi
autoconcepto.
El autoconcepto es lo que uno opina de sí mismo, lo que uno
cree que es, aunque lo que crea no se corresponda con la realidad.
Es decir, el autoconcepto es una creencia personal. Este
concepto que uno tiene de sí mismo puede ser saludable o puede ser poco
realista porque la persona tenga una creencia muy elevada sobre sí mismo, o al
revés. Esta valoración que nos damos a nosotros mismos está relacionada con el
autoconocimiento, que es el conocimiento que tenemos de nosotros mismos. Cuanto
menos me conozco menos cerca de la realidad sobre mí mismo está mi
autoconcepto.
Para tener un buen autoconcepto es importante desarrollar
conciencia para conocerse bien; si no me conozco bien mi autoconcepto puede
estar distorsionado porque no observo la realidad de mí mismo.
En ocasiones podemos valorarnos de forma excesivamente
positiva de manera que uno se convierte en persona narcisista (persona que
siente una gran admiración por sí misma), o padece de grandiosidad, de delirio
de grandeza como un gato que se creyera tigre; muchos narcisistas se creen con
cualidades excepcionales, que están por encima de los demás, que son
superinteligentes, superestupendos, o lo que sea, en una evidente distorsión
del autoconcepto porque en realidad ninguna persona es tan excepcional que esté
tan por encima de los demás seres humanos en todo. Lo cierto es que todos
tenemos nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles.
Puede pasar lo contrario, que la persona sea tan
autoexigente consigo mismo que nunca tienen bastante con lo que hace, nunca le
parecen suficientes sus cualidades y siempre se exigen más y más y más. Este
exceso de autoperfeccionismo puede construir un autoconcepto bajísimo o
negativo porque la persona nunca acaba de estar satisfecha consigo misma, con
lo que es o como se desempeña en sus tareas cotidianas, cayendo en una
autovaloración excesivamente negativa y convirtiéndose en una persona
derrotista o pesimista.
Es importante no caer en ninguno de los dos extremos porque ambos
son perjudiciales para mí como persona y para mis relaciones sociales. Tener un
autoconcepto saludable y lo más objetivo posible despertando conciencia sobre
sí mismo (dentro de lo que cabe porque es una valoración subjetiva ya que soy
yo mismo quien me evalúo), es muy importante para mis relaciones sociales y
para conmigo mismo. Cuando tengo un autoconcepto más realista, me relaciono de
una manera más sana con los demás. Por eso es importante en primer lugar
conocerse bien a uno mismo.
¿Cuánto te conoces ti mismo? ¿Sabes cómo te perciben los
demás? Una herramienta útil para este
autoconocimiento es utilizar la
Ventana
de Johari, un procedimiento de
psicología cognitiva creada por los psicólogos
Joseph Luft y Harry Ingham (de cuyos nombres se forma la palabra Johari) para
ilustrar los procesos de interacción humana y que se utiliza generalmente en
grupos de autoayuda y en ejercicios corporativos de dinámica de grupo con la
intención de descubrir aspectos desconocidos de uno mismo. Es un método que nos
ayuda a tomar conciencia de la realidad de uno mismos, es decir, nos ayuda a
despertar conciencia.
Según los autores (Joseph Luft y Harry Ingham), una alteración en uno de los cuadrantes de la
Ventana de Johari produce alteraciones en los demás cuadrantes. El objetivo del
trabajo psicológico sobre sí mismo con este modelo consiste en expandir el
cuadrante denominado área libre, y este es un proceso de toma de conciencia que
nos permite conocer nuestro ego y que, trabajando para eliminar de nuestro
psiquismo los comportamientos egoístas (caracterizados por lo que llamamos
“yoes” psicológicos), nos conduce al Despertar de la Conciencia.
En este trabajo psicológico con la Ventana de Johari hay
varias maneras de expandir el área libre:
a. El área libre ganará espacio al área ciega, espacio
señalado como (1), si la persona recibe retroalimentación del exterior (de
otras personas).
b. El área libre ganará espacio al área oculta, espacio
señalado como (3), si la persona toma conciencia y provoca la apertura hacia el
exterior.
c. El área libre ganará espacio al área desconocida, espacio
señalado como (2), como consecuencia del trabajo de los dos puntos anteriores.
Un pequeño ejercicio de aplicación de esta herramienta que
nos ayuda en nuestro autoconocimiento y que les recomiendo que hagan es: pídele
a tus padres, a tu pareja y a tus amigos que cojan un papel y te describan como
ellos te ven. La primera curiosidad es que tal vez las descripciones serán
diferentes: cada uno te ve de un modo distinto. Otra sorpresa es que dirán
cosas que tú tal vez no identificas como tuyas, o no sabías que transmitías esa
imagen o que los demás te ven de diferentes maneras a cómo tú mismo te
percibes. Este ejercicio de solicitar a las personas cercanas que te describan
te sirve para iluminar un poco tus propias zonas de sombra y conocer tus puntos
débiles, no con el fin de reprenderte o reñirte a ti mismo sino con el objetivo
de mejorarte a ti mismo, y de prosperar y crecer psicológica, emocional,
material y espiritualmente.
Es interesante destacar que la Ventana de Johari es una
herramienta que trabaja las percepciones de los demás sobre ti, y por lo tanto
es una opinión que está acompañada de una alta dosis de subjetividad. Lo
importantes es que puede ayudarnos a conocer nuestras debilidades y nuestras
fortalezas. Si no conocemos cuáles son nuestras debilidades, no podemos
convertirlas en algo positivo o mejorar las áreas de nuestras debilidades.
Sería interesante que hicieras este ejercicio y nos contaras a través de esta
página si descubres zonas oscuras que no conocías de ti mismo.
Para tener confianza en uno mismo ante determinadas
situaciones hay que poseer un modelo ajustado de uno mismo, conociendo nuestras
capacidades y limitaciones, a la vez
que
convencerse de las propias capacidades y potencial que cada uno posee. Así que
una de las tareas más importantes a las que nos enfrentamos en nuestras vidas
es la de conocer y comprender quiénes somos y conocer y comprender las
cualidades que nos diferencian y nos asemejan a los demás.
Normalmente pensamos, sentimos y hacemos aquello que creemos
que somos y aquello para lo que creemos que poseemos cualidades, de manera que
cuanto mejor es el conocimiento que poseemos sobre nosotros mismos, más
predecibles y, por lo tanto, controlables serán nuestras reacciones ante
sucesos imprevistos.
El Autoconcepto es el factor más importante del Yo Soy
porque de él depende que sentimos de nosotros mismos y como nos comportamos en
nuestras relaciones con el mundo
Muchas gracias por el escrito. Un mensaje nuevo para mí, que me ha permitido reflexionar entorno al autoconocimiento.
ResponderBorrarCreo que saliéndome un poco del ejercicio como tal, a veces uno se encuentra con conceptos, interpretaciones de otras personas con respecto a uno, esto, dentro de un determinado grupo de personas en el que uno se mueve, pero en este caso me refiero más a ese cúmulo de conceptos que ya se han convertido más es en una especie de fama, la cual se propaga sin cesar, al tener en cuenta esos conceptos ajenos hacía uno, esa fama, y ver cómo se expande, uno puede lograr darse cuenta que uno no tuvo la suficiente inteligencia para actuar, para hablar, para pensar, para mirar hacía afuera y hacía adentro, que hay que desarrollar mucha más consciencia en la vida, no cometer los mismos errores, pese a todo ello, uno siempre guarda el anhelo de hacer el mayor bien a sus semejantes desde la profesión que ha elejido, y uno se pregunta ¿Qué hacer con esa con el peso de cierta fama, a la vez que se realiza determinada labor profesional pública? Tal vez la respuesta la vaya dando el mismo autoconocimiento.
Estimado Anónimo, gracias por tu interesante reflexión que nos retroalimenta.
BorrarEl viejo refrán español “Crea fama y échate a dormir”, que se refiere precisamente a la reputación de una persona, tiene una variante que es “Cobra buena fama y échate a dormir; cóbrala mala y échate a temblar”. Y esta variante es muy acertada, porque una vez que uno crea cierta reputación, es muy difícil cambiar la opinión que las personas se han formado de uno ya que el cerebro crea conexiones neuronales que son difíciles de cambiar y las personas que no trabajan psicológicamente sobre sí mismo no pueden cambiar esas conexiones y por tanto no pueden producir cambios de sus creencias; la opinión sobre las personas es una creencia: ‘yo creo que es buen trabajador’, ‘yo creo que es mala persona’, ‘yo creo que es amable’, etc., distintos yoes creencia que las personas se forman sobre otras personas.
Lo más próximo a la realidad es que a veces somos ‘buenas personas’ y a veces somos ‘malas personas’, en la familia, en el trabajo, en las relaciones sociales. Incluso los seres más perversos, a veces son ‘buenas personas’. Cientos de ejemplos malvados como Hitler o Pablo Escobar, que matan o mandan matar a miles de personas, y sin embargo son ‘buenos’ con sus amistades o familias. Y ejemplos de ‘buenas personas’ que son maltratadores de sus seres queridos, se cuentan por millones.
El maestro Samael Aun Weor dijo que “los ángeles piensan con cabeza de ángel y los demonios con cabeza de demonio, o la lógica no existe”; y el maestro Gargha Kuichines decía algo así como “Aun cuando no sea lo correcto, se entiende que una persona hable mal de alguien porque le hizo daño, pero los que hablan mal de alguien porque otros hablan mal él, lo hacen porque son discípulos del mal”.
Como yo no puedo cambiar las creencias de los demás, lo inteligente es trabajar sobre mí mismo para lograr el cambio que yo quiero para mí, sin fijarme demasiado en la opinión de los demás, salvo cuando sea un ejercicio consciente como el que propongo de preguntar a quienes me conocen. Sobre mí, gentes que nunca me han conocido, incluso que ni siquiera me han visto en la vida, opinan que soy mala persona. La mayoría de los que me conocen opinan todo lo contrario, que soy buena persona. Pero mi vida no la vivo por las opiniones de los demás, sino trabajando sobre mí mismo por mi anhelo de superación espiritual. Y en este contexto, estimado Anónimo, ningún ángel puede salvarte, ningún espíritu puede guiarte, ningún maestro puede ayudarte, si tú no quieres transformarte.
Que la paz y la felicidad sean contigo y logres tu transformación espiritual.
Estimado maestro,
BorrarComprendo, muchísimas gracias. Aspiro lograr la superación espiritual; en cuanto a la realización del ejercicio consciente de preguntar a alguien acerca de sí mismo, me permitió darme cuenta de algo que requiero disipar, eliminar para ser feliz, libre internamente, y transformarme espiritualmente.
Muchísimas gracias.
Buenas noches, lo ciento, pero gracias,e preguntado ala gente que me rodea que ven de mi, y que lo escribasen en un papel u hoja, en una fecha importe para mi, la cual aproveche al tenerles reunidos, y vaya sorpresa no tuve la necesidad de esperar los escritos, por que ese mismo día me lo han dicho con palabras, y vaya cantidad de personalidades las que han visto que tengo, hoy reflexionó ya hace un mes, que el trabajo que tengo es largo, y a hora doy las gracias, que sin estas herramientas sería muy difícil...mil gracias.
ResponderBorrarEstimado Osmel, ante todo permíteme felicitarte. Poca gente se atreve a pedirle a los demás que describan cómo lo ven, y mucho menos en directo y de palabras, como tú lo has hecho. Ese en un avance importantísimo en el autoconocimiento: es la puerta de entrada al autoconocimiento a lo grande. Recibe mi respeto por tu valentía.
BorrarDicho esto, ahora viene la parte que tú bien señalas: “el trabajo que tengo es largo”. Ese es un trabajo que podemos llamar científico, porque debes corroborar lo que te han dicho observándote a ti mismo en lo que piensas, sientes y haces para confirmar la realidad o equivocación de la visión de los demás; es un trabajo filosófico que consiste en reflexionar para evitar sesgos subjetivos, lo cual ya estás haciendo; es un arte, porque debes cumplir un conjunto de reglas, instrucciones o normas para hacer bien y perfeccionar el trabajo de autoconocimiento; y es religión porque aprendes y desarrollas un conjunto de normas y prácticas (autoobservación, mindfulness, meditación, oración, ejercicios psicofísicos...) relativas a la búsqueda de tu Esencia humana y al desarrollo espiritual, que no es dogmatismo religioso de ningún tipo, sino realización del camino que los grandes maestros espirituales de la humanidad han enseñado para conducirnos a la máxima expresión de nuestro potencial como seres humanos hasta lograr la unión con nuestra parte más divina.
El aprendizaje de las normas y prácticas necesarias para nuestro autoconocimiento y autotransformación y su desarrollo experiencial es la Gnosis que practicamos para despertar conciencia, aquí y ahora, de nuestra realidad espiritual. No es una teoría, es una vivencia.
A elevar velas, buen viento y a navegar en tu aventura espiritual. ¡Los Hados te sean propicios!