Por Jorge Eduardo Medina Barranco
Bucaramanga, Colombia, 27 de
septiembre de 2021
Continúo con los comentarios
analíticos sobre este comunicado, porque se hacen algunas afirmaciones que son
totalmente falsas y es necesario desmentir los comentarios de personas que de
alguna manera son lo que hoy llaman “influenciadores”, y las gentes, sobre todo
las comunidades dogmatizadas, son muy propensas a caer en engaños. El daño que
causa una persona con un mensaje falso en redes teniendo cientos, miles o hasta
millones de seguidores puede ser inmenso.
Decir que existe asociación entre
un problema y una vacuna que se construye para combatir una enfermedad requiere
de más seriedad investigativa. Una creencia, una sospecha personal o un
comentario sobre un cuento en redes sociales no es evidencia ni científica, ni
esotérica, ni mística. Reprobamos ese tipo de actitudes que tanto daño a hecho
en la práctica a la difusión de la doctrina del Avatara de Acuario, porque las
gentes no practican el autoconocimiento y la eliminación de sus defectos para
crecer libremente como seres humanos y espirituales, sino que se convierten en
miembros de rebaños y presos dogmáticos que no saben analizar libremente por sí
mismos los comentarios de prestidigitadores de la palabra, porque los
consideran sus maestros.
En el párrafo D, el autor del
comunicado en análisis dice:
«Se nos está exigiendo en todas
partes y a través de todos los medios, que aceptemos VACUNARNOS con una FALSA
VACUNA»
Comentario:
No es verdad lo de “falsa
vacuna”. Es falso que las vacunas anticovid-19 sean “falsas vacunas”, es decir,
engañosas, adulteradas o fraudulentas. Se producen de acuerdo a los cánones de
calidad de la tecnología contemporánea, tecnología a la que los antivacunas no
renuncian en otros campos del conocimiento y que utilizan ampliamente
(automóviles, aviones, internet, luz, calefacción, aires acondicionados, y todo
aquello que les produzca comodidad personal). A cada uno le podrán gustar o no
las vacunas, o cualquier otra tecnología, pero eso no las hace falsas. Lo que a
mí no me gusta, no es falso porque a mí no me gusta.
Las vacunas existen desde el siglo XVIII y son
preparados destinados a generar inmunidad adquirida contra una enfermedad,
mediante la estimulación de la producción de anticuerpos. Normalmente una
vacuna contiene un agente que se asemeja a un microorganismo causante de la
enfermedad y a menudo se hace a partir de formas debilitadas o muertas del
patógeno, sus toxinas o una de sus proteínas de superficie. El agente inyectado
estimula el sistema inmunológico del cuerpo a reconocer al agente patógeno como
una amenaza, destruirla y guardar un registro de este, de modo que el sistema
inmune puede reconocer y destruir más fácilmente cualquiera de estos microorganismos
que encuentre más adelante.
La efectividad de las
vacunaciones ha sido ampliamente estudiada y confirmada, y hace muchasdécadas
que se sabe que la vacunación es el método más eficaz de prevenir las
enfermedades infecciosas; la inmunidad generalizada debido a la vacunación es
en gran parte responsable de la erradicación mundial de la viruela y la
reducción de enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y el tétanos en
la mayor parte del mundo, y actualmente existen vacunas autorizadas para prevenir
o contribuir a la prevención y control de veinticinco infecciones diferentes.
Y el comunicado continúa
diciendo:
«que tiene, además, el PODER
MAQUIAVÉLICO de modificar nuestro ADN»
Comentario:
El temor de que la vacuna podría
de alguna manera cambiar nuestro ADN es una de las noticias falsas que más
frecuentemente se lanzan en las redes sociales.
No es verdad que vacunarse
anticovid-19 modifique nuestro ADN. Es falso que la aplicación de la vacuna
tiene el “poder maquiavélico” de cambiar el ADN del paciente inoculado.
Algunas vacunas están compuestas
de un pequeño fragmento de la información genética que tiene elvirus. Esa
pequeña información genética produce una proteína que es la llave de entrada
del virus a nuestras células. Lo que hicieron los científicos fue encapsular
ese fragmento de información genética en una burbuja de grasa que viaja hasta
las células; allí, el sistema inmune la reconoce como extraña o peligrosa y
genera una respuesta de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. Esos anticuerpos son
los que nos van a generar un alto porcentaje de protección en el futuro de una
infección del virus real. Y para quienes se preocupan obsesivamente por los
posibles cambios genéticos que pueda generar este tipo de vacuna, el pequeño
fragmento de la información genética del virus definitivamente no entra al
núcleo de nuestra célula, por lo que no tiene contacto con nuestro ADN, y por
consiguiente no puede modificarlo.
Por otra parte, existen vacunas
hechas de ADN del virus que sí va hasta el núcleo, pero no se mezcla con el ADN
de nuestras células sino que desde allí ese fragmento de ADN produce ARN que
sale del núcleo y se convierte en la proteína que hará presencia en el sistema
inmune para que reaccione y proteja al cuerpo en caso de que este se infecte
del virus.
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