Por Jorge Eduardo Medina Barranco
10 de noviembre de 2015, Bucaramanga, Colombia
Hace ya prácticamente un año que no escribo en el blog. He
estado dedicado a la construcción de nuevos Talleres y, sobre todo, un curso de
Coaching Espiritual Gnóstico, que han ocupado todo mi tiempo, junto con las
tareas ordinarias de reuniones online, personales y colectivas, además de
conferencias y talleres que realizo como líder gnóstico y como profesional de
Desarrollo Humano en diferentes ciudades. La cooperación de mi esposa Flor ha
sido invaluable en el desarrollo de la parte práctica y dinámica de esos
Talleres.
Para reiterarlo una vez más, en un sentido genérico, el
DESARROLLO HUMANO lo he planteado como la adquisición de parte de los
individuos, comunidades e instituciones, de la capacidad de participar
efectivamente en la construcción de una civilización mundial que sea próspera
tanto en un sentido material como espiritualmente; también debo decir que el
DESARROLLO HUMANO, en el sentido que utilizo el término, sólo es posible cuando
el individuo (yo como persona) logra un conocimiento más profundo de sí mismo,
es decir, no tanto de forma externa como de sí mismo en el sentido psicológico,
para erradicar de sus pensamientos y emociones aquellas respuestas no
humanizadoras que surgen en la interrelación con el medio.
No me cansaré de repetir, porque es fundamental entenderlo,
que el DESARROLLO HUMANO se centra en el DESARROLLO DE LA CONCIENCIA y los
comportamientos que ese desarrollo produce en la persona.
Como escribió Jean Gebser
(Ver
https://humanismoyconectividad.wordpress.com/2007/07/20/quien-fue-jean-gebser/
):
«El necesario cambio del mundo y de la Humanidad no será
operado por los intentos de reformar el mundo; los reformadores, en su lucha
por un mundo mejor como ellos dicen, rehúyen la tarea de mejorarse a sí mismos;
practican la vieja táctica, humana pero lamentable, de exigir a los demás lo
que ellos no hacen por pereza; pero los éxitos aparentes que consiguen no les
disculpan de haber traicionado no sólo al mundo sino a sí mismos.»
Se puede decir que la CONCIENCIA es el conocimiento que un
ser tiene de sí mismo (valores, creencias, emociones, etc.) y de su entorno
(personas, cosas, hechos). Es la percepción y comprensión clara de la
información y de los hechos, tanto internos como externos.
Es una especie muy particular de "darse cuenta" uno,
independientemente de su actividad mental, ante todo, de sí mismo: ¿Quién soy?,
¿Dónde estoy?, ¿Qué estoy haciendo? Y, más aún, darme cuenta de lo que sé, de
lo que no sé, y así sucesivamente.
Y esa CONCIENCIA tiene, por consiguiente, grados.
Aprovechando el hermoso diagrama de la Evolución de la
consciencia según Wilber, podemos hacer una comparación con la teoría platónica
del conocimiento y su famoso ‘mito de la caverna’ (Ver
https://www.youtube.com/watch?v=ffNbC0O5XCg) para obtener un diagrama del desarrollo
de la conciencia según la propuesta que estudié hace 50 años en “El Matrimonio
Perfecto” del maestro gnóstico Samael Aun Weor y mis reflexiones sobre el tema:
Habitualmente, el nivel de conciencia de las personas es
relativamente bajo. La humanidad actual se desenvuelve en el nivel de
‘conciencia dormida’. Basta con ver las noticias de cualquier canal de
televisión a nivel mundial, o las noticias de prensa sobre cualquier país del
mundo, para darnos cuenta que la gente se desenvuelve en un mundo de fantasías
y barbaries, de creencias y dogmas, enfrentados unos con otros como si fuesen
especies antagónicas (depredadores y presas). Y en medio de eso, millones de
seres clamando por un mundo más humano.
¿Cómo inicio mi proceso de humanización? ¿Cuál es un primer
trabajo o ejercicio para ‘darme cuenta’? Observarme y observar el mundo. ¿Cómo
agudizo mi observación interior? MEDITANDO.
¡Para elevar el nivel de conciencia es necesario agudizar el
nivel de ATENCIÓN y CONCENTRACIÓN mediante la MEDITACIÓN!
Que Dios y los dioses te sean propicios en tu trabajo por el
DESPERTAR.
Muchas gracias muy buen blog, sabias palabras que dan luz en este mundo. esa es nuestra realidad, nosotros los humanos nunca nos damos cuenta ni que es lo que comemos porquè vivimos soñando y en la fantasia, pensando en lo que pudo ser y no fue y en lo que serà y esto nos lleva desperdiciar el presente.
ResponderBorrarUna vez más me aclara la obligación que tenemos de transmitir los conocimientos que hemos adquirido, lo corroboro nuevamente con el mito de la caverna. Vale la pena es un bonito deber, ya no lo veo como obligación. Gracias V.M.Jorge
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